No conozco mejor manera de comer verdura sin necesidad de verla que comerla en una sopa o crema. Pues sí, os voy a decir como elaborar una saludable pero no menos rica vichyssoise de patata y puerro. Ya os adelanto que está muy buena y que para nada sabe a verduras. En casa la hago mucho para cenar junto con algún filete de pescado a la plancha ya que es muy saciante pero baja en calorías, que es como una cena debe ser.
Lo primero que hacemos es lavar los puerros y cortarlos en rebanadas pequeñas y, también, vamos a cortar las patatas en trozos.

Soy una apasionada de las sopas, y eso se nota en cuanto miras mi recetario, ya que recetas de éstas son las que más abundan. Una de mis preferidas es esta sopa de patatas con gambas, que si te decides a hacerla siguiendo la receta que te indico a continuación, se convertirá inmediatamente en una de las tuyas.

En casa, intentamos acompañar las comidas y las cenas de una buena ensalada, Una de nuestras preferidas es la ensalada con jamón ibérico, melón y nueces La he llamado así porque, aunque todas las ensaladas son fresquitas y saludables, y esta contiene jamoncito, frutas y frutos secos. Me gusta que sea así aunque de vez en cuando darnos un caprichito nunca está de más. Es una ensalada muy sencilla de preparar y el resultado os encantará. Os cuento como la hago yo y así vosotros la lleváis a la práctica en casa.

Hacer batatas, calabazas y papas a la brasa no tiene mucho misterio, pero os dejo por aquí mi receta por si os apetece hacerlo de una forma distinta, que nunca se sabe.
Lavar las batatas y las patatas con agua en abundancia y dejarlos con la cáscara bien sequitos. Cortar la calabaza en trozos, lavarlos bien y reservarlos. Envolver en papel de aluminio cada pieza de batata, patata y calabaza, y cerrar bien los paquetes.
Poner los paquetes de aluminio directamente en las brasas y dejarlos durante más o menos media hora.

Hace poco descubrí el boniato y os confieso que me encanto. Buscando formas de hacerlo, me di cuenta de que se puede preparar de infinidad de forma, desde como guarnición a postre, y como soy de naturaleza golosa, me decidí a probar a hacer lo último. Estos pastelitos de boniato son una de las recetas de postre más ricas que he probado nunca, y aunque tengamos que hacer tanto la masa como el delicioso relleno, son muy fáciles de hacer y merecen completamente la pena.

Una forma que tengo para comer verduras ya que no me gustan demasiado es comerlas en crema o sopa. Una receta que me dio una amiga y que desde que la probé me encanta, es la crema de setas o boletus que hace de esta crema una crema más especial que las que hemos probado en otras ocasiones. Es muy sencilla de elaborar y cuando hago demasiado, la guardo en tarritos y la congelo.

Estas empanadas de carne al horno son una cosa exquisita, o por lo menos yo lo pienso. En la cocina, como en la vida misma, si tú no eres crítico contigo mismo estás perdido. Así que, para mí, estas empanadas me salen bien al igual que otras cosas me salen mal. ¡Espero que a ti te salgan genial!

Hacer una buena ensalada de frutas para un postre es una buenísima idea porque suele quedar muy fresquita y, de esa forma, puedes ponerte morado en la comida, ya que ésta no llena.
Hay que pelar y cortar en dados bastante pequeños la piña, los duraznos, los gajos de las naranjas (intentando quitar bien los hilos blancos), los kiwis y las manzanas. A las uvas y a las frutillas se les quita el rabito y se cortan a la mitad. Las cerezas se echan enteras sin rabito, las fresas en cuadraditos y los plátanos en mitades de rodajas.

Las sopas, al igual que las cremas, son platos que nos permiten jugar con muchísimos ingredientes ya que se puede elaborar de cualquier ingrediente que os podáis imaginar. Yo cuando las hago, aprovecho para hacerlas de alimentos que a mis hijos no les gustan comer. De esta manera consigo que sí que se los coman y lo mejor de todo, sin rechistar ni protestar. Hoy os voy a contar como realizar una rica sopa ajo y pan. Como veis es muy famosa en mi tierra y está muy rica.

Hacer salsa de kétchup casera es muy fácil y es algo que suele gustar a los niños, les debe de hacer gracia. Al principio, cuando aprendí a hacerla siempre me quedaba como una salsa de tomate, fue cuestión de tiempo que dejaran de vacilarme en casa diciéndome que no me salía el verdadero kétchup.
Cortar los tomates en trozos con forma de cubos grandes y ponerlos en una olla con un poco de agua.
En una sartén con un poco de aceite se sofríe la cebolla, cortadita en trozos muy pequeños, y el diente de ajo pelado.