Pastelitos de boniato

Hace poco descubrí el boniato y os confieso que me encanto. Buscando formas de hacerlo, me di cuenta de que se puede preparar de infinidad de forma, desde como guarnición a postre, y como soy de naturaleza golosa, me decidí a probar a hacer lo último. Estos pastelitos de boniato son una de las recetas de postre más ricas que he probado nunca, y aunque tengamos que hacer tanto la masa como el delicioso relleno, son muy fáciles de hacer y merecen completamente la pena.

En primer lugar tenemos que pelar los boniatos y trocearlos. En una cazuela los ponemos a cocer junto con el azúcar, la corteza de limón, la rama de canela y un vaso de agua en la olla a presión durante media hora a partir de que suba el indicador. Si no también lo puedes hacer en una cazuela normal hasta que veas que el boniato ya está completamente blando. Quedará igual pero tardará más tiempo y tienes que estar pendiente de que no se te pegue el puré de boniato a la cazuela.
Cuando estén cocidos, quitamos la corteza de limón y la canela y trituramos formando una especie de puré espeso. Dejamos que se enfríe antes de reservarlo dentro de la nevera.
Ahora pasamos a elaborarla pasta exterior mezclando todos los ingredientes hasta que se obtenga una masa homogénea.
Vamos cortando trozos de pasta para formar los pasteles. Los hacemos de forma redonda para que queden en forma de empanadillas. Rellenamos la masa poniendo una cucharada de puré de boniato en el centro.
Cerramos los bordes de los pasteles mojando con un poco de agua los bordes de la masa y cerrando la masa sobre sí misma. Los colocamos sobre un papel vegetal en una bandeja de horno y los espolvoreamos por encima con un poco de harina.
Los metemos en el horno, que habremos precalentado a una temperatura de 180º hasta que veamos que la masa está hecha y la superficie un poco dorada.
Los pastelitos de boniato están mucho más ricos cuando están fríos, asique aguanta un poco y espera a que dejen de estar calientes.