Pizza con alcachofas

La pizza con alcachofas es una delicia que aprendí a hacer cuando estuve de erasmus en Italia.
Para hacer la masa hay que mezclar en un bol la sal, el azúcar, la levadura y la harina, y añadir el agua templada poco a poco para ayudar a la masa se forme sin grumos. Hacer una bola con la masa y dejarla reposando tapada con un paño húmedo hasta que doble su volumen.
Pasada una hora más o menos, precalentar el horno a 250º y estirar la masa de la pizza con un rodillo colocándola en la bandeja del horno forrada con papel vegetal o de aluminio.

Arroz oriental con huevo frito

Por falta de tiempo no me queda otro remedio que recurrir de forma bastante habitual a los platos precocinados que venden en los supermercados, pero eso sí, adecuándolos siempre a mis gustos y completando su sabor con otros ingredientes, ya que en mi opinión suelen ser bastante sosos. De esta forma consigo elevar un simple arroz congelado a una comida estupenda como es el caso de este arroz oriental con huevo frito.

Lasaña vegetal (berenjena y calabacín)

Si hacéis lasaña vegetal con berenjena y calabacín, ya tenéis un punto a favor para que vuestros hijos coman verdura. Al verla creerán que es la típica de carne y se la comerán igual. Cuando eres madre de niños pequeños aprendes muchos trucos de estos.
Lavamos y troceamos las berenjenas. Ponemos una sartén en el fuego con aceite y, cuando esté caliente, echamos los trocitos a freír hasta que se doren un poquito.

Pescado en salsa cremosa

Este pescado en salsa cremosa lo recomiendo especialmente a aquellas personas que no les gusta mucho el pescado en general.
Picar un trozo jengibre, los ajos y las dos guindillas en un bol, añadir unos 30 ml de agua y se bate bien para hacer una salsa uniforme (utilizar la batidora eléctrica mejor).

Pollo estofado con patatas

Este pollo estofado con patatas parece más de lo que supone hacerlo. El sabor es buenísimo y lleva su tiempo conseguirlo, pero no es complicado.
En una olla grande y con buen fondo, poner una buena cantidad de aceite y cocinar las presas de pollo, ya salpimentadas, de forma que queden bien hechas por dentro, que el pollo crudo no se puede comer. Retirar el pollo cuando esté listo y reservarlo para después.

Ternera con brócoli

Hacer la ternera con brócoli es hacer un plato bien completo y muy sano. La verdad que yo lo hago muchas veces porque me resulta cómodo, rápido y me llena lo suficiente.
Poner una sartén en el fuego y echar el aceite para que se caliente. Una vez listo, echar un ajo y dejarlo freírse junto con la carne de ternera cortada en tiras. Añadir la cebolla cortada al gusto, y mezclarla bien con el resto.
Cocer el brócoli en una cacerola con un poco de agua y sal al gusto hasta que esté tierno.

Guiso de garbanzos con chorizo

Este guiso de garbanzos te viene de perlas si necesitas algo calentito y contundente, ya sea por el frío o por un constipado. Mi abuela siempre dice que no hada mejor que comer de cuchara cuando se está malo.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es pensar que vas a querer comer este guiso de garbanzos al día siguiente para ponerlos a remojo con agua por la noche.
Una vez listos, se cuecen los garbanzos en una olla a presión cubriéndolos de agua y añadiendo la sal al gusto, durante unos 45 minutos.

Sopa de cebolla y queso provolone gratinado

Nunca entenderé el porqué de que los padres nos hagan coger miedos a ciertos alimentos. ¿A ti nunca te han amenazado un filete de hígado sangrando si no hacías todos los deberes? En mi caso era con la sopa de cebolla y queso provolone gratinado. No me gustaba la cebolla ni el queso, y ahora me encanta. Mi padre sigue haciendo lo mismo pero con sus nietos, yo me callo y así se portan bien.

Terrina de zanahorias y remolachas

Esta terrina de zanahorias y remolachas te va a servir mucho para el día a día porque es fácil de hacer y fácil de comer fuera de casa, por ejemplo en el trabajo.
Cocer las remolachas y las zanahorias peladas en dos cacerolas diferentes, ambas con abundante agua y una pizca de sal al gusto. Una vez estén listas, colarlas y hacer un puré con las remolachas y otro con las zanahorias. Dejarlos enfriarse y salarlos al gusto.

Macarrones con dos salsas

Estos macarrones con dos salsas son los preferidos de mis hijos porque les parecen muy sabrosos y que quedan muy bien ligados. La verdad que la mezcla de estas dos salsas es un acierto seguro.
Hay que calentar una cacerola en el fuego con aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, echar la cebolla y los ajos para que se pochen. Cuando la cebolla cambie de color, se añade el pimiento y se deja que se ponga tierno. Entonces, se añade el tomate y se deja que se reduzca la salsa.