Que la pizza es una de las cosas más deliciosas del mundo es razón más que suficiente para comerla. Además... ¿a quién no le gusta la pizza? ¿hay algún ser sobre la faz de la tierra a quien no le guste? ...no lo creemos. Te puede gustar con pepperoni pero sin champiñones, puedes considerar un sacrilegio añadirle piña u odiar las anchoas... pero siempre habrá una combinación infalible para cada uno de nosotros. Sea como sea, y por si esto no fuera suficiente, hoy te damos 5 –buenas- razones para comer pizza.
1. Es fácil y barata
La pizza es un alimento barato... se trata de una masa sencilla a base de harina, levadura, agua y aceite. Y a partir de aquí, una buena salsa de tomate, queso y los ingredientes que se deseen... pero por muy selectos que sean los ingredientes elegidos para nuestra pizza, siempre se emplean en una pequeña cantidad.
Por otro lado, se trata de una elaboración sencilla. Incluso la masa, quizá la parte más laboriosa, es sencilla de preparar en casa. Por supuesto que tiene sus trucos para que quede perfecta, pero se puede hacer casera sin mayores dificultades. Y, en cualquier caso, siempre queda la opción de comprar las bases ya hechas y hacer la cobertura... en unos apenas unos minutos, y tendrás la cena lista.
Una última cuestión... es que la pizza es una receta fantástica para elaborar en familia. Tú puedes ir picando las verduras y el resto de ingredientes, y a los niños les encantará ir colocándolos sobre la masa. Y lo mejor... sin darse cuenta, ¡comerán verduras que de otra forma rechazarían!.
2. Es una comida completa
La pizza es un alimento muy completo gracias a que sus ingredientes cubren todos, o casi todos, los grupos nutricionales que debemos tomar en una comida. Empezando por los hidratos de carbono de la masa, la grasas del queso, la fibra y las vitaminas de las verduras y del tomate, así como la proteína de la carne o del pescado que incorpora. El reparto, además, es bastante ajustado. Que sea una comida equilibrada depende de ti. Evidentemente, si cargas la pizza de dos o tres tipos de queso, y además añades chorizo y salami... vas a tener una pizza bastante calórica y quizá con más grasa de la que debiera. Pero si pones una cantidad moderada de mozzarella y añades verduras frescas... tendrás un plato de lo más equilibrado.
3. Es tan saludable como quieres que sea
Una masa casera, que ha fermentado lentamente en casa, elaborada con los mejores ingredientes y estirada a mano. Una salsa de tomate que hemos hecho en casa, a fuego lento, a su amor hasta espesar lo suficiente. Un queso de calidad y los ingredientes que nosotros seleccionemos: unas verduras frescas, un poco de jamón, champiñones frescos u otras setas... Definitivamente, una pizza casera es un plato de lo más saludable.
¿Por qué, entonces, esa imagen de comida rápida y poco saludable, con exceso de grasas? Quizá las cadenas americanas de pizzas tengan la culpa... porque incluso las pizzas que aquí podemos comprar ya elaboradas, frescas o congeladas, son de buena calidad.
4. Es una comida social
Desde luego que un día que estés solo en casa puedes prepararte una pizza... pero, en esencia, la pizza es una comida social, una comida para compartir. Es una comida ideal para una reunión familiar o una cena entre amigos, informal. La pizza se come con las manos mucho antes de que el finger food se haya puesto de moda.
5. Es universal
La pizza es un idioma universal. Por muy diferente que sea el idioma que hablemos, el término ‘pizza’ se entiende en el mundo entero. A cualquier sitio que vayamos, por remoto que sea, habrá un restaurante en el que sirvan pizza. Con mayor o menor fortuna, es verdad... porque, no nos engañemos, podemos comer una pizza en Ulan Bator, Mongolia, a lo largo del curso del río Mekong, entre las fronteras de Laos y Camboya o en el País Dogón, en Malí.... pero no esperemos comer la misma pizza que en Italia.
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