Si no has probado el mochi, te estás perdiendo un dulce típico japonés muy especial con una textura y sabor peculiar que puede volverse adicitivo. Mochi, ¿qué es? ...te lo contamos.
Si crees que al pulpo se le da una paliza para que se quede tierno no sabes la que se lleva la pasta del mochi para conseguir su característica textura. ¡Ah! ¿qué no sabes qué es el mochi? No te preocupes, que te lo vamos a explicar bien clarito. Lo primero, aunque suenen parecido, no hay que confundirlo con lo que conocemos como “el mocho” es decir, la fregona. Aunque en Demos la vuelta al día somos muy limpios, aquí estamos para hablar de recetas, trucos de cocina y daros a conocer lo último en gastronomía…
El mochi es un postre típico japonés, un pastelito de –cómo no- arroz. Pero no el arroz que se utiliza para hacer sushi, ni nada por el estilo. Es un arroz de grano corto, mochi-mai, mucho más pegajoso de lo normal que se conoce como arroz glutinoso. Este arroz primero se cuece y después se deposita en grandes morteros de madera principalmente donde con un enorme mazo –kine- se machaca sin piedad. Entre golpe y golpe, otra persona con cierta pericia y manos más rápidas que el rayo, remueve la pasta de arroz jugándose el tipo en una ceremonia muy vistosa animada por los gritos de uno y otro que les ayuda a sincronizar los movimientos y así llevar una cadencia constante para evitar machacar la mano de su pareja de golpes. Digno de ver.
Cuando el mochi consigue la textura y densidad deseada, se da forma normalmente en esferas o cubos y se rellena de todo lo imaginable (chocolate, fresa, té verde…), lo normal es encontrarlo dulce, siendo el de pasta de judías rojas dulce o Anko el más popular. El mochi es, como casi todas las cosas artesanales que se realizan en el país nipón, una oda al perfeccionismo, a la paciencia…
En Japón, el mochi se consume normalmente en familia para celebrar el Año Nuevo y desde principios de enero, aunque en occidente cada vez es más popular su consumo pudiendo encontrarlo en casi cualquier supermercado de productos asiáticos en cualquier época del año.
Cuando lo pruebes por primera vez te costará hacerte a su textura y sabor pero…¡espera! no lo descartes tan pronto, enseguida tu paladar se acostumbrará a este pastelito pegajoso y adictivo casi sin azúcar pero, eso sí…ten cuidado al comerlo si no estás acostumbrado y no te lo metas de golpe en la boca…no serás el primero que se atragante por su chiclosa textura y densidad, es mejor comerlo a pequeños bocados…el tamaño del mochi engaña…
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