La primavera es la época del espárrago fresco, tanto del verde como del blanco. Una verdura deliciosa, además de muy saludable. A la plancha, cocidos, al horno… se pueden preparar de mil maneras pero, antes, hay que limpiarlos. Cómo pelar espárragos. Estos son los pasos:
1. Sujeta el espárrago
2. Empieza a pelarlo con la ayuda de un pelador donde termina la yema
3. Comienza a pelarlo haciendo poca presión
4. Incrementa la presión a medida que vas avanzando
5. Termina de pelar el espárrago y corta la base, más dura
6. Los espárragos, blancos o verdes, ya están listos para cocinar
7. Lava las peladuras y el tallo y ¡guárdalos para hacer caldo!
El espárrago fresco, cuando esté en temporada, es una verdadera delicia. Ya sean espárragos trigueros, es decir, verdes, o los espárragos blancos. Ricos, saludables, versátiles en la cocina. Pero antes de cocinarlos de una u otra forma, hay que prepararlos. Te contamos cómo pelar espárragos.
Toma el espárrago con la mano izquierda y, con la derecha, el pelador de verduras. Comienza a pelar desde el punto en el que termina la punta del espárrago, primero haciendo poquita presión. Ve aumentando esa presión a medida que te acercas al final del espárrago, donde no debe darte miedo quitarle una buena cantidad.
La yema es muy tierna, de modo que no hay que hacerle nada, se come tal cual.
Corta la base del esparrago. La gran pregunta es… ¿cuánto hay que cortar?. No hay una respuesta exacta, puesto que dependerá de la frescura del espárrago. Hay un truco que es tomar el espárrago entre las manos e intentar doblarlo un poco. Allí donde el espárrago cede es el punto en el que hay que cortar, aunque en el caso de espárragos muy gruesos, puede no servir bien. Con el tiempo, le irás cogiendo el truco y saber por dónde hay que cortar en cada caso.
Sea como sea, tanto el extremo más duro del espárrago que has retirado, como las peladuras… ¡ni se te ocurra tirarlos!. Son un estupendo ingrediente para hacer un caldo.
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