Las berenjenas fritas con miel, esa especialidad andaluza… puede llegar a ser un plato sublime. La receta es sencilla, aparentemente… porque la berenjena se empeña en comportarse como una esponja y, si no conoces ciertos trucos, te arriesgas a que queden blandas y aceitosas. Te contamos como hacer berenjenas fritas bien crujientes y nada aceitosas. Estos son los pasos:
- Bañalas en cerveza
- Sécalas y escúrrelas
- Enharinalas
- Fríelas en aceite bien caliente
- Hazlas en pequeñas tandas
La fritura perfecta de las berenjenas
El mejor de los trucos para que las berenjenas no absorban aceite durante la fritura es darles primero un baño de cerveza. Pártelas en bastones, como si fueran patatas fritas e introdúcelas en un bol con cerveza. Deja que reposen ahí durante 15 o 20 minutos, al menos. Pasado ese tiempo sácalas y escúrrelas. Ponlas sobre un paño de cocina limpio o sobre papel absorbente para retirar el exceso de líquido, pero no llegues a secarlas del todo. Ponlas a punto de sal.
Enharina ligeramente las piezas de berenjena. Es decir, pásala por harina y dales unos golpecitos con la mano para retirar el exceso de harina. El rebozado de las berenjenas nunca lleva huevo.
También se puede preparar una especie de masa de tempura con harina, sal, un poco de levadura y agua muy fría para hacer un rebozado diferente.
El aceite para freír berenjenas –mejor un aceite de oliva virgen- debe estar bien caliente, pero sin que llegue a humear.
Fríe las berenjenas en pequeñas tandas… sin llenar demasiado la sartén, para que no baje la temperatura del aceite.
Ante de comenzar… elígela bien
Elige las berenjenas de color morado oscuro y busca las que tengan mayor peso en proporción a su tamaño, y que tengan su piel lisa y brillante y que no estén demasiado duras, pero tampoco blandas, lo que indicaría que están demasiado maduras, con grandes pepitas en su interior y de sabor más amargo.
Cómo reducir su amargor
No obstante, un truco para evitar que amarguen exceso es partirlas en rodajas de un centímetro de grosor, aproximadamente, y echarles sal por encima. Dejar reposar así durante media hora aproximadamente. Pasado ese tiempo verás cómo las berenjenas han ‘sudado’. Límpialas con la ayuda de un paño de cocina limpio o de un papel absorbente, retirando tanto la sal como esa agua que las berenjenas han sudado.
Otra opción es sumergirlas en un bol de agua con sal… aunque esta opción es recomendable si vas a cocinar las berenjenas al horno o en un guiso… y no tanto si pretendes hacerlas fritas, porque habrán absorbido mucha agua, lo que dificultará que queden crujientes.
La berenjena es una verdura de lo más saludable, llena de propiedades… tiene una gran cantidad de fribra, estimula el buen funcionamiento del hígado, ayuda a mejorar el tránsito intestinal, favorece la digestión de las grasas, ayuda a reducir los niveles de colesterol, es diurética y actúa como agente antibacteriano. Pero, sobre todo, la berenjena es deliciosa y de lo más versátil en la cocina: nos encanta en moussaka, rellena al horno, en pisto y otros guisos…
Ahora bien, la berenjena también tiene un inconveniente, un gran inconveniente: es una esponja capaz absorber grandes cantidades de aceite. ¿alguna vez habéis intentado preparar en casa chips de berenjena o esas deliciosas berenjenas fritas con miel que en las freidurías de Andalucía bordan? Si es así… seguro que más de uno habréis obtenido como resultado unas berenjenas, blandas, fofas y llenas de aceite. Con todos estos consejos... seguro que ya nunca más tendréis problemas.
En Demos la vuelta al día: Receta de berenjenas fritas con miel
