Crema de calabaza con queso y setas
Sin lugar a dudas lo mejor del otoño, además de la belleza de los bosques y las tonalidades de las hojas… son los productos que nos deja esta estación, como las setas y la calabaza, y que comenzamos a preparar recetas calentitas, cremas y sopas… tan ricas y sabrosas como esta crema de calabaza con queso y setas.
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Sopa de fideos
Pocos platos hay en el recetario con tanta capacidad para devolvernos a la vida como una buena sopa de fideos. Es la madre de todas las sopas caseras, un bálsamo para entrar en calor, una maravilla fácil de hacer y que a los niños les encanta. Un elixir, vamos.
Sopa de brócoli
Conforme las noches se vuelven más frías ya va apeteciendo un plato de cuchara calentito para cenar. Esta sopa de brócoli es la receta ideal: no te tomará mucho tiempo, es nutritiva, saludable, ¡y está buenísima! Resulta ideal para que toda la familia coma verduras. No prescindas del pan de centeno: el contraste de sabor y texturas es maravilloso.
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Salmorejo tradicional con ibérico y huevo duro
El intenso sabor del mejor jamón ibérico, con la suavidad del huevo duro, el mejor tomate maduro de verano y, por supuesto, el aceite de oliva virgen extra con más caracter. ¿Hay algo más sabroso y mediterráneo que este salmorejo tradicional con ibérico y huevo duro?
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Ajoblanco tradicional
También conocido como gazpacho blanco, esta sopa fría es tan tipíca de Andalucía como su hermano ‘colorao’. Se trata, en efecto, de una sopa fría ideal para el verano que se elabora a base de almendras. Es por tanto una delicia muy rica y saludable... aunque con más calorías que el gazpacho de hortalizas. Sin abusar, sí que se puede –y se debe- tomar de vez en cuando... porque es una verdadera delicia. La alta gastronomía lleva tiempo elaborando versiones de ajoblanco con otros frutos secos, como anacardos o piñones.
Salmorejo suave
Estamos, probablemente, ante una de las recetas españolas más apreciadas dentro de nuestras fronteras, y cada vez más conocidas fuera. Junto con la paella, la tortilla, el gazpacho y la fabada. Original de Córdoba, el salmorejo es una crema fría, sabrosa y gustosa a la vez. Hay a quien le gusta bien fuerte, cargadito de ajo y vinagre... pero también quien prefiere un salmorejo suave, sin demasiado vinagre y con poco, o nada de ajo. En esta ocasión hemos optado por retirar el ajo, que a muchas personas les resulta indigesto y les repite... así que si es tu caso...
Gazpacho de cerezas
Hacer gazpachos de frutas... está cada vez más de moda y resulta de lo más sabroso, divertido y rico. Fresas, mango, pera... existen muchas versiones. Sin embargo, para un día especial, prueba a elaborar este gazpacho de cerezas. Evidentemente... resulta un poco caro por el precio de esta fruta y porque hay que usar bastante cantidad... pero un día especial, bien lo merece. Triunfarás seguro.
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Pappa al pomodoro típico de la Toscana
Otro tesoro de la gastronomía italiana: pappa al pomodoro típico de la Toscana. Esta receta, que podría definirse como una sopa de pan aromatizada con albahaca, requiere para su elaboración el pan toscano o sciocco, un tipo de pan sin sal y de miga espesa y cremosa. Probablemente no tengas a mano una pieza de pan toscano, pero trata de encontrar una hogaza lo más parecida posible para mantenerte fiel al espíritu del plato.
Sopa 'conejito' con arroz y verdura para niños
Si un día quieres dejar extasiados a tus pequeños comensales, prueba a hacer esta sopa ‘conejito’ con arroz y verdura para niños a la hora de cenar. Les proporcionarás alimentos equilibrados de una manera divertidísima. De todas formas, no hace falta ser un niño para disfrutarla: cualquier persona con el alma joven sonreirá si se encuentra esta sopa ‘conejito’ en su plato. Eso sí, las cantidades de la receta están calculadas para niños, así que ajusta las proporciones o acompáñalas de algo más si tus comensales van a ser adultos.
Cocido madrileño tradicional
El guiso madrileño más tradicional y apreciado: el cocido madrileño tradicional... hecho despacito y a su amor, y servido, por supuesto, con sus tres vuelcos. Sirve con abundante pan, y piensa en una buena sobremesa o, mejor aún, en una reconfortante siesta.
Paso 1:
El día anterior, pon los garbanzos a remojo en abundante agua con sal.