Bombones de fresa con chocolate

La forma más bella y golosa de comer fruta: estos bombones de fresa con chocolate proporcionan un doble placer: al comerlos y al elaborarlos. ¿Qué mejor excusa para adentrarse en los misterios del arte del chocolate? Si quieres que la capa chocolateada de tus fresas sea brillante y tenga una consistencia crujiente, lo ideal es no fundir el chocolate tal cual, mojar en él y esperar a que vuelva a secarse sino atemperarlo. El atemperado es una técnica de repostería que requiere de precisión, paciencia y unos cuantos materiales.

Cuajada tradicional

La cuajada tradicional o mamia, como se la conoce en el País Vasco, es un postre lácteo de orígenes muy antiguos. La leche fresca, tradicionalmente de oveja, se hierve y posteriormente se atempera para añadirle el cuajo, una sustancia proveniente del estómago de rumiantes cuando aún beben leche. La manera clásica de elaborarla era en unos recipientes de madera de abedul llamados kaikus.

Bombón de músico

Estos bombones que, por su forma, más bien parecen galletas hechas exclusivamente de chocolate y frutos secos, deben su curioso nombre a que son tan extremadamente energéticos que resultan el tentempié perfecto para los músicos entre pieza y pieza de un concierto. Para obtener un bombón de músico brillante y con una consistencia crujiente, lo ideal es no fundir el chocolate tal cual y esperar a que vuelva a secarse sino atemperarlo. El atemperado es una técnica de repostería que requiere de precisión, paciencia y unos cuantos materiales.

Tarta milhojas

Un postre puede convertirse en una fiesta si tiene un contraste de sabores y texturas tan marcado como esta tarta milhojas, en la que el hojaldre quebradizo y las crujientes almendras se funden en la boca con el cremoso dulzor de la nata y el chocolate blanco. Es una receta muy sencilla y de poquitos ingredientes, así que asegúrate de adquirirlos de la mejor calidad para que el resultado sea espectacular.

Yemas de Santa Teresa

No dejes pasar la ocasión de elaborar este dulce típico de Ávila. Su preparación es muy sencilla y su aspecto y su sabor son sorprendentes y encantadores. Estas yemas de Santa Teresa encarnan a la perfección lo que venimos a considerar desde hace muchos años repostería de convento.

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