Siguiendo unos pequeños consejos, podremos alargar la vida del pan nuestro de cada día. Solo es cuestión de saber cómo conservar mejor el pan. Te contamos cómo conservar el pan… para que esté como recién hecho.

1. Compra un pan de calidad

2. Si está caliente, deja que se enfríe completamente

3. Guárdalo dentro de una bolsa de tela

4. Deja esa bolsa a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco.

5. Y si te va sobrar mucho… ¡congélalo!

Cuentan las abuelas que antiguamente el pan duraba días… la hogaza que se compraba el domingo, bien podía conservarse hasta el jueves en perfectas condiciones. Eran otros tiempos… o, mejor dicho, eran otros panes.

Hoy en día, el pan se endurece rápidamente… hasta el punto de que, en ocasiones, la barra de pan que se ha comprado a primera hora de la mañana ya se ha secado y endurecido a la hora de cenar. La industrialización a la hora de elaborar el pan, las masas congeladas, el abuso en el uso de las levaduras, la reducción en los tiempos de fermentación y la reducción en los tiempos de horneado… son los responsables de que el pan de hoy, no sea como el de antiguamente. 

Pan de calidad

El primer consejo es que compres un buen pan… ya que un pan de calidad (se parecerá más al de nuestras abuelas) soportará mejor el paso del tiempo que un pan de mala calidad. La clave está en los tiempos de fermentación de la masa. Hoy en día se hacen panes con una fermentación de apenas media hora. El pan está bueno cuando está recién hecho… pero en apenas tres horas, estará duro como una piedra. Por el contrario, un pan cuya fermentación ha sido de un mínimo de 16 horas, estará mucho mejor.

Bolsa de tela

El pan se endurece como resultado de la pérdida de humedad en las moléculas de almidón… Por ello, la forma en la que lo almacenemos, es clave. El aire endurece el pan, mientras que la humedad lo ablanda… el objetivo es conseguir que el pan se mantenga crujiente por fuera y esponjoso por dentro. Para evitar que el aire reseque el pan, lo mejor es guardarlo envuelto en una bolsa de tela… de lino o de algodón, por ejemplo. Este tejido permite que el pan respire, pero lo protege del aire. El papel también es una buena opción...aunque no tanto. Ahora bien, se debe evitar el plástico ya que acelera la aparición de mohos.

Deja que el pan se enfríe

Es muy habitual que compremos el pan… y aún esté caliente del horneado. En este caso, es preferible tenerlo al aire hasta que se haya enfriado completamente, y solo entonces guardarlo. Si mantienes el pan caliente envuelto… sea donde sea, tela o papel… el calor se condensará en forma de agua y esta agua mojará el pan. Es decir, si mantienes el pan caliente envuelto se humedecerá la corteza y, por tanto, el pan se ablandará. ¡Y no hay cosa más desagradable que un pan que parece chicle!.

 

Ni frío ni calor

Donde se mejor se conserva el pan es a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco… ni expuesto al sol directo, ni en un lugar con mucha humedad (claro que, ¿a quién se le ocurriría colocar el pan en el baño?). Es preferible no conservar el pan en la nevera, salvo el pan de molde, que se conserva mejor dentro de la nevera, en su paquete original.

¡Al congelador!

El pan se puede congelar perfectamente, sobre todo si se trata de un pan de calidad. Ahora bien, debes envolverlo perfectamente y nunca meterlo tal cual en la nevera. En este caso sí que puedes envolverlo en plástico (en bolsas de congelación) o en papel de aluminio. Se puede congelar entero o en rebanadas, todo depende del uso que se le vaya a dar… porque si vas a ir consumiendo el pan poco a poco, se deben congelar troceado. Como con el resto de alimentos, solo hay una norma, una vez descongelado, el pan ya no puede volver a congelar.

El pan es el alimento que no puede faltar en ningún hogar, es la base de la alimentación de la humanidad desde que el tiempo es tiempo en todas las culturas… y a la vez… es una de las mayores delicias… ¿se os ocurre mayor placer que un buen pan, crujiente por fuera y esponjoso por dentro… con un poco de aceite de oliva virgen extra picual?.

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Descripción corta
¿Te pasa con frecuencia que a la hora de comer… ese pan crujiente y delicioso se ha convertido en un chicle difícil de digerir? ¿o que a la hora de cenar se haya convertido en una especie de arma de destrucción masiva dura como una piedra?
Si quieres que tu pan mantenga sus propiedades –corteza crujiente y miga húmeda y esponjosa- sigue estos sencillos consejos.
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Cómo conservar el pan... para que esté como recién hecho
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