Pasta de colores con queso

Yo hago muchas veces la pasta de colores con queso porque tengo hijos y les encanta. La verdad que es una pasta muy rica y con mucho sabor, así que te la recomiendo.
Cocemos la pasta de colores poniéndola en una cacerola con abundante agua y una pizca de sal al gusto.
En en un cazo a fuego lento echamos la nata y la sal, y, cuando se haya calentado, vamos echando el queso sin dejar de remover. Esta mezcla debe de quedar homogénea y no quemarse, así que hay que mantener el fuego muy bajo.

El guiso de la abuela

El guiso de la abuela es ese plato que siempre añoramos y que nadie cocina igual. No hay nada más rico que comer un guiso de ella cuando hace frío. A mí es lo que más me gusta y con lo que más disfruto. Yo lo suelo cocinar los lunes, después de estar todo el fin de semana comiendo en bares o a deshora. Espero que os guste esta receta y que os animéis a hacerla. ¡Os encantará!

Estofado de pavo con patatas

No hay nada más rico y más saludable que comer un estofado de pavo cuando hace frío. A mí es lo que más me gusta y con lo que más disfruto. Yo lo suelo cocinar los lunes, después de estar todo el fin de semana comiendo en bares o a deshora. Espero que os guste esta receta y que os animéis a hacerla. ¡Os encantará!
En primer lugar, en una cazuela vamos a cubrir el fondo con aceite de oliva virgen extra. A continuación, ahí, vamos a rehogar la cebolla. Seguidamente y una vez haya cogido color, vamos a poner el pavo y le vamos a dar unas vueltas.

Guiso de lentejas

Hacer este guiso de lentejas cuando va a llegar el verano no es muy aconsejable, pero tenerlo en mente para el invierno es esencial. Las lentejas son fuente de hierro y de energía, así que hay que comerlas.
Sobre una tabla de madera, trocear la cebolla y el ajo, dejándolos muy picaditos, y se ponen a pochar en una cazuela al fuego con un poquito de aceite. Además, echar el pimiento verde en trozos grandes, el tomate maduro partido en dos y el chorizo, en trozos grandes también con unos cortes para que suelte el color. Salarlo al gusto y dejarlo cocinarse.

Guiso de verduras

No hay nada más rico que comer un guiso de verduras cuando hace frío. A mí es lo que más me gusta y con lo que más disfruto. Yo lo suelo cocinar los lunes, después de estar todo el fin de semana comiendo en bares o a deshora. Espero que os guste esta receta y que os animéis a hacerla. ¡Os encantará!

Spanakopita o pastel griego de espinacas y queso

Este plato es el pastel salado más famoso de Grecia: Spanakopita o pastel griego de espinacas y queso. Por supuesto, en la receta original griega emplean queso feta... el queso más emblemático heleno. Sin embargo, si no lo encuentras, o si prefieres uno más económico, lo puedes sustituir por un queso fresco con sabor, o incluso por queso semicurado rallado. En Grecia se toma habitualmente como aperitivo… ¡y a veces como desayuno!

Guiso de arroz

El guiso de arroz que os traigo hoy es un plato delicioso, y la mar de nutritivo. Esta receta consiste en un arroz guisado en una salsa con base de verduras, en especial de tomate, en el que se han cocinado unas albóndigas de carne picada. Es un plato completo y delicioso, que se lo pongas a quien se lo pongas, estoy seguro que gustara mucho.

Arroz meloso de pato y setas

El arroz meloso de pato y setas, como su propio nombre indica, queda más bien caldosito que seco, y ese es el secreto de este plato. Para ello hay que tener paciencia para hacerlo y no quitarle el ojo de encima, como cuando se hace un risotto.
Ponemos el aceite en la cacerola y, cuando esté bien caliente, rehogamos en él la cebolla. Cuando esta ya está pochadita y doradita, echamos el arroz en la cacerola junto con el pato troceado y las setas. Le damos una vuelta a todo para que se mezclen los sabores se mezclen y el arroz se fría, y nos preparamos para la parte importante.

Macarrones a la Boloñesa - receta usuario

Estos tradicionales macarrones a la boloñesa fueron los primeros que comí nada más llegar a Italia para vivir un año. La verdad que pensé que había hecho una tontería pidiéndolos pero he de decir que ese sabor no lo había probado en mi vida en unos macarrones tan normales.
Para empezar, se cuecen los macarrones en una olla con agua, un chorrito de aceite y sal hasta el punto en el que nos guste la pasta. en una olla con agua, sal y un chorrito de aceite. Ya listos, se escurren, se pasan por agua fría y se reservan en el mismo colador.