Una receta sorprendente tanto por su sencillez como por su resultado y originalidad. Una forma completamente diferente de comer arroz. ¡Repetirás!
Paso 1:
Ve calentando el caldo de verduras a fuego medio. No tiene que cocer, tan sólo calentarse.
Paso 2:
Mientras, limpia las verduras y pícalas. Para esta receta te dará un resultado estupendo un paquete de verduras salteadas congeladas... si optas por esto último, abre el paquete de verduras y saltéalas en una sartén con un chorrito de aceite durante 5 minutos. Por supuesto, también puedes utilizar las verduras frescas que más te gusten o que tengas en la nevera. En este caso, tendrás que pelarlas y picarlas en dados no muy grandes.
Añade el arroz y sofríe durante tres minutos más.
Paso 3:
Pasado ese tiempo, ve añadiendo poco a poco el caldo de verduras calientes. Comienza con dos cazos y a medida que el risotto se vaya quedando seco, ve agregando más cazos. Mientras, tendrás que remover constantemente.
Cuando el arroz esté casi al punto (pasados aproximadamente 15 minutos) será el momento de añadir la mantequilla y el queso rallado. También será el momento de añadir un poco de sal.
Si el risotto lo fuéramos a comer tal cual, debería quedar muy meloso. Para esta receta, sin embargo, debemos dejar el arroz un poco más seco de lo habitual.
Paso 4:
Déjalo enfriar hasta que lo puedas manipular con las manos. Entonces haz bolas de unos 30 gr. (parecidas a las albóndigas más o menos).
Paso 5:
Pasar por harina, huevo batido y pan rallado al ajillo (el pan rallado también puede ser normal, pero éste que os proponemos dará un gusto especial).
Fríe las bolas en abundante aceite caliente y escúrrelas en papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Presentación:
Sirve las bolitas de arroz inmediatamente, acompañadas con mermelada de tomate.