Turrón de yema quemada casero

Bombones, mazapanes, polvorones y como no, turrones. Estos son los dulces que solemos comer sin parar en la época de navidad. De todos estos, el que en casa se come sin parar, es el turrón de yema que suelo elaborar durante las tres semanas de navidad e incluso alguna que otra antes. Esta receta ya la comía cuando yo era pequeña y era mi madre quien nos elaboraba este turrón. Que delicioso, tanto o más que los que compramos en los supermercados.
En primer lugar, pondremos en un bol la almendra en polvo y le añadiremos el azúcar glas. Después, lo mezclaremos bien y rasparemos una vaina de vainilla o bien, le añadiremos una cucharadita de café de vainilla en polvo.
A continuación, iremos añadiendo las yemas de huevo de una en una e iremos removiendo hasta que se mezcle todo muy bien.
Seguidamente, lo trabajaremos bien con las manos bien limpias haciendo que se desprenda el aceite de la almendra.
Pasaremos la mezcla sobre la mesa de trabajo, y seguiremos amasando para que se hidrate bien hasta conseguir una textura que nos permita hacer una bola la cual aplastemos bien, y le pasaremos el rodillo para que quede de forma rectangular.
Una vez conseguida la forma del tamaño del molde que vayamos a utilizar, lo colocaremos dentro y pondremos un peso para que quede totalmente liso.
Yo utilizo un cajón de madera con tapa, pero podéis usar un molde de silicona que también os irá incluso mejor.
Luego, lo dejaremos reposar 3/4 días, lo tendréis que ir controlando para que no se os seque demasiado.
Pasado el tiempo, desmoldaremos nuestro turrón de yema con cuidado, y dándole la vuelta, le pondremos azúcar en grano por toda su extensión.
Finalmente, quemaremos el azúcar con una pala de quemar bien caliente.
Esto último de rociarle con azúcar y quemarlo, si no os gusta el sabor que le da, no lo hagáis.

¡Riquísimo!
¡Feliz y dulce Navidad!