Sopa de pan y queso

Al hablar de sopa de pan y queso suena un poco soso, pero nada eso, ¡esto es un manjar! Si la probáis creo que la adoptaréis como si fuera un plato habitual en vuestra casa, que es lo que me pasó a mí.
Por un lado, hay que cortar el pan en rodajas no muy finas y untarlas con mantequilla por ambos lados sin que queden muy cargadas. Ponerlas en el horno, precalentado 160º, y dejarlas hasta que estén doradas al gusto.
Por otro lado, calentar el caldo de pollo en una cacerola hasta que hierva. Una vez listo, se sirve un poco de caldo en cada plato con cuidado de no quemarse, y, encima de éste, se colocan dos tostadas calientes y se cubren con abundante queso rallado.
Lo importante es que el pan esté bien caliente cuando pongamos el queso, al igual que el caldo, para que éste se derrita.