Sopa de fréjoles pintos

Una de las cosas más ricas que me traje yo de mi año de estudios en otra ciudad, fue esta sopa de frejoles pintos que se hacia mi compañera de piso. Es muy sencilla de hacer, y cuando volví a casa se convirtió en una de mis comidas habituales. Se come caliente, pero yo la he probado fría y tan poco está nada mal.

En una cazuela ponemos un poco de aceite y cuando esté caliente freímos la panceta ahumada. Cuando esté doradita la retiramos.
En esa misma cazuela freímos la cebolla picadita junto con el ajo y el tomate.
Mientras abrimos el bote de fréjoles cocidos y cogemos una taza reservando el resto. Dicha taza de fréjoles la echamos en la sartén junto con las verduras y lo trituramos con la ayuda de un tenedor. Echamos ahora el agua y la panceta ahumada que habíamos frito antes. Removemos bien y en cuanto empiece a hervir echamos el resto de fréjoles.
Lo dejamos hervir unos minutos y salpimentamos.
Cuando lo vayamos a llevar a la mesa, ponemos encima un poco de crema agría y un poco de cebollino picado.

Acompaña la sopa con un poco de arroz cocido.