Solomillo con salsa de trufas

El plato de solomillo con salsa de trufas es realmente delicioso aunque puede que nos salga un poco caro. De vez en cuando podemos permitirnos este pequeño lujo, porque merece completamente la pena, ya que es un auténtico manjar de dioses.

En primer lugar freímos la cebolla con la mantequilla hasta que no tome color. En ese momento añadimos la trufa. Esperamos a que se haga un poco la trufa para flambearlo con el brandy. En último lugar vertemos el vino tinto y dejamos unos tres minutos hasta que se reduzca. Cuando ya esté bien hecha la salsa la trituramos.
En otra sartén se añade un poco de aceite y cocinamos los solomillos a los que previamente hemos salpimentado. Cuando hayan adquirido el punto deseado, los retiramos de la sartén.
En el momento de servir ponemos sobre el plato una buena cantidad de salsa de trufas y encima colocamos un solomillo.
Podéis usar lo que queráis como guarnición, desde un puré de patata que le va estupendamente a la trufa, hasta unas buenas verduras al vapor. Simples pero riquísimas.

CONSEJOS:
Obtener el punto optimo de los solomillos depende mucho de quién lo vaya a comer, asique os aconsejo que en el momento en que los vayáis a hacer preguntéis a cada comensal como desean comerlo, ya que es un corte de carne caro como para cocinarlo mal.
No escatiméis en ingredientes como el vino, ya que si usáis un vino barato puede que estropee el resto del plato siendo los demás ingredientes caros, y eso sería una pena.