Sofrito de tomate y cebolla

No sé si nunca os lo han dicho o por el contrario sí, pero mi abuelo, un gran cocinero, decía que la base de cualquier comida está en el sofrito. Decía que si se hacía un buen sofrito, el éxito de la comida estaba asegurada; por eso hoy os voy a decir cómo hacer un buen sofrito de tomate y cebolla. Este sofrito es el más común que se suele utilizar para cualquier tipo de cocina.
Lo primero que hago es rallar todos los tomates, hay quien prefiere escaldarlos y luego triturarlos, ambas opciones son válidas, y reservamos.
En una cazuela alta con dos cucharadas de aceite, pondremos los ajos y cuando comiencen a dorarse echaremos la cebolla, salpimentaremos, añadiremos una cucharadita de café con leche de azúcar, removeremos y echaremos el medio vaso de agua
Dejaremos que se haga la cebolla, quedará caramelizada, cuando esté transparente la apartaremos del fuego y agregaremos el pimentón, removeremos rápido para que no se queme, que simplemente se mezcle, si se quema, amargará y nos estropeará todo.
Una vez disuelto volveremos a poner en el fuego y añadiremos los tomates, Rectificaremos de sal y agregaremos otra cucharada de azúcar, el laurel, una cucharadita de canela y el vaso de vino blanco. Removeremos y dejaremos cocer a fuego lento, durante una hora, cuanto más tiempo esté mejor sabor tendrá. Removeremos de vez en cuando.
Cuando haya perdido el agua el tomate, lo trituraremos y vamos poniendo en frascos. Cuando tengamos el frasco casi lleno, le pondremos aceite por encima para evitar que se corrompa.
Cuando ya estén todos llenos, los tapamos herméticamente y pasaremos los frascos a otra cazuela donde echaremos tres dedos de agua y al baño María durante 20 minutos. Pasado el tiempo, dejaremos enfriar y ya podremos conservar en la despensa.

TIPS:
El mejor tomate para hacer un buen sofrito, es el llamado Pera, tiene más jugo que ningún otro