De pequeña me gustaban mucho los langostinos con salsa rosa, que solo se comían el día de Navidad en mi casa. En realidad me gustaba la salsa porque era rosa, como mi color favorito. Aunque ahora mi color favorito sea el rojo, la salsa rosa me sigue encantando.
Para hacer la mayonesa, echo en la batidora el huevo, el zumo de limón y la sal, y empiezo a batir a la vez que añado aceite. Es importante no dejar de remover para que no se corte. Cuando hemos pasado el momento traumático de “¿se cortará o no se cortará?” y veamos que tiene una buena textura espesa, añadimos el kétchup sin dejar de batir, para que se integre bien.
Es rápida y muy útil, solo necesitas cogerle el punto a la mayonesa y sabrás hacer una salsa rosa buenísima.