Como últimamente no hago más que comer puré de calabacín porque tengo niños pequeños, pues me he planteado contaros mi receta, así que aquí está por si os viene bien tenerla.
Poner una cacerola en el fuego con el agua, una pizca de sal y dos pastillas de caldo de carne. Además, añadir los calabacines, pelados y cortados en trozos grandes, las patatas, peladas y partidas en cuatro trozos, y la cebolla, cortada por la mitad. Dejarlo hervir todo junto hasta que las verduras estén blanditas.
Cuando estén las verduras completamente cocidas, se pasan por la batidora o por el pasapurés hasta conseguir la textura típica de un puré de calabacín, que no es ni muy espesa ni muy líquida.
Se echa en una cacerola de nuevo, se rectifica de sal y le añade un poco de pimienta. Se echa el queso y la nata, y se remueve bien hasta que quede un puré homogéneo y bien sabroso.