Llegas a casa. Abres la nevera. ¿Qué encuentras? Unos cuantos puerros que te sobraron del guiso de ayer, una lata de aceitunas y un huevo solitario. ¡Pues ya está! Con eso y unos condimentos básicos más tienes suficiente para elaborar este receta. Ligera, saludable y que te permite aprovechar algunas sobras. Los puerros están presentes en multitud de guisos porque aportan gran sabor pero, cuando compramos en el supermercado (si no lo hacemos a granel) algunos suelen quedarse dando vueltas por el frigorífico. Eso se acabó, ¡puerros gratinados!
Paso 1:
Limpia los puerros y retira la parte verde y la enraizada. Para retirar la tierra que pueden tener lava los tallos blancos con abundante agua y corta cada tallo en tres cilindros. También prepara las aceitunas y pícalas en trocitos finos.
Paso 2:
En una sartén, funde la mantequilla y echa la harina. Tendrás que remover constantemente hasta que queden los dos ingredientes bien mezclados. Después vierte la leche (ojo, ha de estar hirviendo), sazona al gusto y deja que la salsa hierva unos minutos ¡No dejes de remover! Incorpora entonces el queso rallado, la yema del huevo y mézclalo fuera del fuego.
Paso 3:
Volvamos a los puerros. Cuece los cilindros que habías preparado en abundante agua y sal hasta que estén bien tiernos (serán al menos unos 13 minutos). Cuando estén, escúrrelos bien.
Paso 4:
Ahora tienes que ‘montar’ el plato antes de llevarlo al horno. Para ello, coloca en el centro de una fuente o recipiente unas cucharadas de tomate frito y coloca encima los cilindros de puerro cocido. Tapa todo con la salsa que has preparado y gratina unos minutos en el horno hasta que se forme una bonita costra dorada exterior.
Presentación:
Cuando lo retires del horno, espolvorea un poco de aceitunas picadas y perejil cortadito para decorar.
Truco:
Cuando quites la parte verde de los puerros al limpiarlos ¡no la tires! La puedes reservar para hacer un delicioso caldito de verdura.
Curiosidad:
La salsa que has preparado es conocida como salsa mornay. Su base es la bechamel y va muy bien para acompañar o gratinar carnes blancas, pescados, mariscos, huevos y hortalizas.