Pollo asado con vino blanco

Siguiendo la receta de pollo asado con vino blanco, nos aseguramos que su carne quede tierna y suave ya que se asa junto a un caldo y así no nos queda reseca. La salsa en la que se guisa el pollo de tomate, pimiento y cebolla es deliciosa, por lo que te aconsejo que cojas un buen trozo de pan porque no podrás dejar de untar.
Lo primero es que limpiamos el pollo que nos había preparado el carnicero abriéndonos los muslos y los ponemos en una bandeja de horno.
Ahora lavamos el tomate y lo cortamos en rodajas, lo mismo que haremos con el pimiento rojo. Pasamos a pelar la cebolla tierna y la cortamos a láminas.
Los echamos en la fuente de horno junto con el pollo y añadimos la sal al gusto, la pimienta negra molida y el aceite de oliva.
Exprimimos el zumo de limón por encima del pollo y el vino blanco que lo vertemos en la bandeja desde una de sus esquinas.
Lo cocinamos en el horno durante 20 minutos a una temperatura de 200ºC y solo que salga el calor desde abajo. Pasado ese tiempo lo dejamos otros 15 minutos a 180ºCcon el calor del horno puesto arriba y abajo.
Cuando hago este pollo asado con vino blanco, no suelo hacer primer plato asique lo acompaño con un arroz, que además resulta ser una complemento perfecto a la carne.

Si quieres darle un toque dulce al pollo, puedes sustituir el limón por naranja. Queda también muy rico. Otra variante sería sustituirlo con cerveza que le da un toque totalmente distinto del hacerle con un cítrico.