Mi madre siempre nos preparaba los días de fiestas estas pechugas rellenas con salsa de nata y champiñones. El pollo es una carne sencilla, que si lo haces de la forma adecuada y acompañada con la mejor guarnición, se puede convertir en la carne más deliciosa del mundo, como es en el caso de esta receta. No es complicada de hacer, y creedme cuando os digo que el tiempo que se invierte merece la pena.
En primer lugar rellenamos las pechugas con queso y panceta ahumada, y las cerramos.
Mientras tanto vamos a preparar la salsa, para lo que rehogamos la cebolla en mantequilla y aceite y cuando este transparente, agregamos los champiñones frescos cortaditos. Rehogamos otro poco y colocamos la nata, sal y pimienta. Dejamos que se haga unos minutos.
Después de eso ponemos las pechugas rellenas dentro de la cazuela, y una vez que las pechugas están cocidas apagamos el fuego.
Consejos:
Se pueden terminar de cocinar en la cacerola o en el horno, es a gusto del cocinero yo muchas veces dejo que el pollo quede con abundante salsa y otras dejo que absorba toda la nata.