Panecillos dulces

Estos panecillos dulces son perfectos para comer a cualquier hora del día, desde por la mañana para desayunar, como a la hora de la merienda con un vaso de leche. Pero si tengo que escoger una, me quedo usándolos a modo de panecillo en los que ponemos cualquier elemento salado, como un poco de salmón con queso crema, ya que la combinación de estos con el dulzor del panecillo, lo hacen delicioso.

Juntamos la harina con la sal y el azúcar glas en un cuenco y lo mezclamos todo bien.
A continuación diluimos la levadura fresca en un poco de leche tibia y lo echamos en el cuenco junto con los ingredientes secos. Mezclamos.
Seguimos echando el resto de la leche poco a poco, removiendo siempre para que se mezclen bien todos los ingredientes.
Con toda la leche vertida, echamos ahora los huevos uno en uno y continuamos mezclando. Cuando estén integrados todos los ingredientes, echamos ahora la mantequilla, a punto de pomada, la ponemos sobre una superficie lisa y la amasamos bien.
Una vez que tengamos la masa echa, la metemos en el cuenco de nuevo, la tapamos y la dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que duplique o triplique su volumen.
En ese momento la volvemos a verter en una superficie enharinada y seguimos amasando hasta que baje el volumen.
A continuación la metemos en la nevera a que endurezca la masa.
Entonces la sacamos de la nevera y vamos tomando pequeñas porciones, dándolas forma de bollo, y dejándolas sobre una bandeja de horno forrada con papel de horno, separados entre sí porque crecerán de volumen.
Dejamos reposar los bollos hasta que dupliquen su volumen, tapados con un paño de cocina.
Ponemos a calentar el horno a 180º.
Mientras se calienta, pintamos los bollos con un poco de leche, y los introducimos al horno para que se cocinen, lo que tardará más o menos 10 minutos.
Os animo a que hagáis estos panecillos dulces, porque están deliciosos.