¿Hay quien todavía cree que el pollo es soso y aburrido? ¿Cómo puede ser eso? Su carne es magra, baja en colesterol y con un alto nivel de proteínas; aparte de ser una de las más versátiles en una cocina. Pero es que además no hay que buscar más allá de unos sencillos muslos de pollo asados con patatas y tomillo para convencerse de que este plato fragante y suculento no tiene absolutamente nada que envidiarle a ninguna carne roja.
Paso 1:
Precalienta el horno a 200ºC. Pela y pica los dientes de ajo en el brunoise (daditos pequeños) más diminuto del que seas capaz. Corta las patatas, nuevas y de tamaño mediano, en cuartos. Impregna los muslos de pollo de aceite, ayudándote con una brocha de cocina si lo necesitas.
Paso 2:
Distribuye los muslos, las patatas y el ajo en una fuente de horno o una sartén resistente al horno, como las de hierro colado. Riega con aceite de oliva, exprime el limón por encima cuidando de que no caigan las semillas y esparce abundante tomillo. Lo ideal es que utilices tomillo fresco en rama, pero también puedes usar el tomillo seco.
Paso 3:
Mete la bandeja en el horno y calcula 20-25 minutos. Pasado este tiempo, dales la vuelta a los muslos y a las patatas y déjalos 20-25 minutos más. Los tiempos son orientativos; cuando huelas el maravilloso aroma a asado y observes que el pollo tiene la piel jugosa y dorada y las patatas están tiernas y crujientes, es el momento de sacarlo.
Presentación:
Sirve los muslos de pollo asados con patatas y tomillo recién sacados del horno. Puedes presentar los muslos sobre una cama de patatas en cada plato o puedes colocar un salvamanteles en la mesa y poner en el centro la sartén o fuente de carne y patatas y que cada comensal se sirva a su gusto. En ambos casos no olvides espolvorear un poco más de tomillo por encima.
Sugerencia:
A la hora de hacer estos muslos de pollo asados con patatas y tomillo busca tus patatas en DIA si quieres asegurarte una guarnición a la vez crujiente y cremosa.
Alternativas:
¿Y si en lugar de muslos pruebas a hacer unas alitas asadas? Añade un chorrito de miel al aceite y sorpréndete con el resultado.
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