Un guiso de carne reconfortante pero con el delicado sabor de la mantequilla que le da ese toque francés. Y lo mejor de todo, una receta sencilla.
Paso 1:
Si no has comprado la carne ya troceada, córtala en cubos de unos 4 centímetros de lado. Por su parte, pela y corta la cebolla y la zanahoria en dados grandes, más o menos del mismo tamaño. Pica también los ajos.
Paso 2:
Acerca al fuego una olla o cacerola amplia y dora la carne salada a fuego vivo.. si fuera necesario hazlo en varias tandas. Ve sacando la carne a medida que vaya estando selladita. Reserva.
Paso 3:
En ese mismo aceite, rehoga la cebolla, la zanahoria y el ajo a fuego medio durante 5 minutos para que cojan un poco de color.
Paso 4:
Cuando las verduras se hayan ablandado un poco, vuelve a añadir la carne en la olla junto al tomate frito. Dale unas vueltas a todo el conjunto y sube el fuego. Cuando la olla esté bien caliente pero sin que se queme nada, añade el vino tinto y deja evaporar la mayor parte.
Paso 5:
Cuando el vino tinto prácticamente haya desaparecido, añade el caldo y corrige el punto de sal.
Paso 6:
Pela las patatas y cháscalas en trozos. Chascar consiste en trocear las patatas pero sin hacer un corte limpio de cuchillo …sino rompiéndolas, para que liberen su almidón, lo que ayudará a espesar el guiso de forma natural. Para ello, ve haciendo pequeñas incisiones con la punta del cuchillo, y cuando el trozo esté a medio cortar levanta el cuchillo para que termine de romperse. Incorpora las patatas a la olla.
Paso 7:
A partir de ese momento, deja cocer el guiso destapado durante unas 2 horas, o 2 horas y 15 minutos, para que la carne esté bien tierna. Es importante no moverlo bruscamente para no romper las verduras. Si fuera necesario durante la cocción, añade más caldo.
Paso 8:
Una vez que la carne esté tierna, y que la salsa esté en su punto, ni muy líquida ni muy espesa, corrige la sazón y añade un poquito de pimienta negra recién molida. Para comprobar el punto, al mover la olla el guiso tiene que acompañar un poco a los ingredientes, cubriéndolos con una fina capa, y no como una sopa. Justo antes de servir, añade la mantequilla y el perejil bien picadito.
Presentación:
Sirve tu guiso bien calentito, en bonitos platos hondos o cazuelitas indivuales.