Viaja directamente a la India con esta riquísima y sencilla receta de curry. Una receta de pollo que impregnará tu casa con el aroma de las especias de Bollywood.
Paso 1:
Corta las pechugas de pollo en trozos (en dados de unos 2 o 3 centímetros) y ponles sal.
Paso 2:
Pon un poco de aceite en la cazuela y, cuando esté bien caliente, marca el pollo. El objetivo es darle un poco de color, pero sin hacerlo por dentro. Cuando esté listo, sácalo y resérvalo.
Paso 3:
Mientras, corta la cebolla en rodajas más bien gordas y el ajo. Pela la manzana y el plátano y córtalo en trozos cuadrados.
Pon un poco más aceite en la misma cazuela del pollo, y rehoga la cebolla y el diente de ajo. Tras dos minutos, añade la manzana, el plátano y la guindilla. Lava el tomate y córtalo en trozos grandes. Añádelo a la cazuela.
Ve cocinando a fuego medio. Si se quedara seca la olla y se empiezan a pegar tu refrito, añade un poco más de aceite.
Paso 4:
Rehógalo durante 10 minutos más todo junto. Tras ese tiempo, echa el caldo de pollo y el curry al gusto (es mejor no pasarse al principio, y rectificar después si fuera necesario). Ya con el fuego a mayor potencia, añade la leche de coco y cuece todo hasta que esté bastante tierno.
Paso 5:
Tritura esta salsa y vuelve a ponerlo al fuego. Cuando empiece a hervir de nuevo, añade el pollo y deja hervir durante otros 7 o 10 minutos.
Presentación:
Sirve este curry en un bonito cuenco. El mejor de los acompañamientos para este plato es un arroz basmati… ¡para aprovechar al máximo la salsa!
Alternativa:
Juega con el picante de esta receta según tus gustos. Lo ideal (para que de verdad pueda llamarse curry) es que esté un poco picante. Si te gusta sentir fuego en la boca, aumenta la dosis de guindilla. Si te gusta con un nivel medio de picante, haz la receta tal cual. Si, por el contrario, te gusta con un toque de picante, pero muy suave, sigue los pasos tal cual, pero retira la guindilla antes de triturar la salsa.