Crepes con piña y queso fresco

Si vas al centro de Europa y preguntas por el postre típico, en especial en países como la republica Checa, te dirán que son las crepes. Se pueden rellenar de lo que sea, incluso yo las he llegado a probar saladas, pero para mí siempre la mejor opción es dulce, en especial estas crepes con piña y queso fresco. Son riquísimas y muy sencillas de hacer

Empezamos haciendo la masa de las crepes. Para ello colocar los huevos en la licuadora con el azúcar, la harina y la sal. Licuar a baja velocidad mientras se va añadiendo la leche. Sólo debe añadirse el líquido hasta lograr que se forme desde arriba, un remolino en la mezcla que permita mirar las cuchillas de la licuadora.
Ahora colocar a fuego directo, de medio a bajo, una sartén pequeña, mejor si es antiadherente, o hacerlas en una crepera en caso de tener. Con un papel de cocina untar la sartén o la crepera con apenas un poco de mantequilla.
Añadir cantidades pequeñas de la mezcla de crepes, sobre un cuarto de taza, y mover en forma circular de modo que la mezcla líquida cubra todo el fondo y quede una capa bien delgada. Cocinar hasta que despeguen los bordes y voltear cuidadosamente. Hay que intentar que no doren mucho. Reservar las crepes.

Para hacer el relleno hay que fundir muy pequeñas porciones de mantequilla en un sartén antiadherente a fuego de medio a alto y dorar las rodajas de piña por ambos lados.

Para hacer las crepes con piña y queso fresco hay que calentar las crepes en primer lugar y colocar en cada una piña cocida, miel, queso y almendras. Doblar en cuatro o formar un rollito. Lo mejor es servirlas colocando en la mesa más almendras, miel y queso por si algún comensal quiere poner más cantidad de estos ingredientes.

Consejos y trucos:
Siempre z que utilicemos almendras tostadas en una receta es mejor tostarlas y trocearlas al momento de usar o servir pues son más crocantes de este modo.
Cuanto más dulces sean las piñas, mejor seran los resultados en esta receta, pues doran mejor.