Cherrys confitados en salsa de soja

Lavamos los tomates y hacemos un pequeño corte en forma de cruz en la base del tomate.
Tenemos preparada una fuente honda con agua y hielo.

Ponemos al fuego una olla con agua y llevamos a punto de ebullición.

Cuando el agua esté hirviendo, uno a uno introducimos los tomates dentro de la olla.

Dejamos que hierva el agua de nuevo, apagamos el fuego, tapamos y dejamos los tomates dentro hasta ver que la piel por la parte del corte se separa de la carne del tomate, con 30 segundos será suficiente.
Con una espumadera, sacamos los tomates del agua caliente y los metemos rápidamente en la fuente de agua helada.

Veremos que la piel de los tomates se ahueca, procedemos a pelar los tomates, que reservaremos.

Mientras realizamos el proceso de escaldar y pelar los tomates.

En un cazo al fuego ponemos el agua, soja, jengibre y azúcar, calentamos hasta disolver el azúcar.
Incorporamos los tomates ya pelados en el cazo. Coceremos los tomates durante 2 minutos.

Apagamos el fuego, tapamos el cazo y dejamos en maceración los tomates 24 horas.

Pasadas las 24 horas de maceración, sacamos los tomates, con cuidado de no romperlos a un colador.

Para conservar, ponemos los tomates en un recipiente hermético y cubrimos con AOVE.

Ahora ponemos el líquido de maceración al fuego de nuevo y dejamos hervir a fuego suave, hasta que reduzca su volumen a menos de la mitad.

Nos quedará un almíbar espeso pero fluido. Dejamos enfriar y guardamos en un tarro de cristal, hasta su consumo.

Podemos tomar los tomates cherry, como snack o aperitivo bañados con el almíbar, rellenos de crema de queso como los míos, con anchoa, bacalao ahumado, huevas de lumpo, con una mousse de aguacate, etc.

Sencillamente deliciosos y originales, seguro que a vuestros invitados no les dejan indiferentes.

Receta enviada por Rossgastronómica