Paso 1:
Pela la cebolla, córtala por la mitad y, apoyando la parte plana en la tabla de cocina, córtala en juliana, es decir, en tiras finas. Lava los pimientos y sécalos completamente. Ábrelos para retirarles las semillas y, una vez limpios, córtalos también en tiritas finas.
Paso 2:
Para preparar la salsa agridulce, empieza pelando y rallando el ajo si no vas a usar ajo molido. Pela y ralla también el jengibre para evitar su textura hebrosa, si lo vas a utilizar en fresco. A continuación, corta el limón por la mitad para posteriormente exprimirlo.
Paso 3:
Vierte en un cazo la salsa de tomate y el vinagre de Jerez y ponlo a fuego medio alto. Añade el azúcar, el ajo en polvo o el ajo rallado, el jengibre rallado, la cantidad indicada de zumo de limón y la salsa de soja y espera a que llegue al punto de ebullición. Deja hervir unos minutos para que reduzca; si deseas una textura más espesa, puedes echar un poco de maicena disuelta en agua mientras sigue hirviendo. Cuando la salsa tenga la textura adecuada, retira el cazo del fuego y reserva.
Paso 4:
Corta la carne de cerdos en trozos no muy grandes, que sean cómodos para poder comerlos de un bocado.
Paso 5:
Echa un poco de aceite en una sartén y ponla a fuego alto. Cuando se caliente, incorpora los cubos de carne de cerdo y cocínalos hasta que empiecen a dorarse.
Paso 6:
Añade la cebolla a la sartén y rehógala hasta que empiece a ponerse transparente. En ese momento, agrega los pimientos cortados en tiras y sigue sofriendo.
Paso 6:
Cuando tanto las verduras como la carne estén completamente hechos será el momento de echar la salsa en la sartén, bajar a fuego medio y removerlo todo para integrarlo. A continuación, retira la sartén del fuego.
Presentación:
Sirve tu cerdo agridulce recién hecho, espolvorea unas avellanas tostadas picadas y no te olvides de acompañarlo de pan para mojar en la salsa. Está tan rica que querrás rebañar el plato.