Calderete de patatas con costillas de cerdo

Guiso de costillas y patatas… ¿para qué más?... cocina de toda la vida fácil y deliciosa. Pero incluso una receta tan clásica como esta, tiene hueco para la innovación y sabores nuevos… en este caso, gracias a las setas confitadas.

Paso 1:

En primer lugar pela los tomates escaldándolos. Escaldar es una técnica de cocción muy breve que consiste en introducir un alimento en agua hirviendo durante apenas unos segundos para enfriarla inmediatamente después en agua con hielo. En el caso de los tomates se hace para poder pelarlos con facilidad. Para ello acerca un cazo con abundante agua al fuego. Cuando rompa a hervir, introduce los tomates con un corte sobre su piel en forma de cruz. Sácalos pasados apenas 30 segundos y corta la cocción introduciéndolos en un bol con agua con hielo. Después, los pelarás con tan solo tirar de la piel.

Paso 2:

Pica finamente la cebolla, los pimientos rojo y verde, pela las zanahorias y pícalas también, así como el puerro, una vez que lo hayas limpiado. Pica también los tomates que tendrás pelados.

Paso 3:

Acerca tu caldero (o la olla o cacerola que vayas a emplear para este guiso) al fuego con un chorrito de aceite e incorpora la cebolla y los pimientos rojo y verde. Cocina a fuego suave y pasados cinco minutos, o cuando la cebolla comience a ponerse un poco transparente, añade también la zanahoria y el puerro. Cocina 5 minutos más e incorpora el tomate.

Paso 4:

Cuando las verduras estén blandas, añade las setas confitadas bien escurridas. Añade después al caldero la hoja de laurel, las patatas y las costillas y rehoga el conjunto.

Paso 5:

Añade el pimentón, con cuidado de que no se queme, pues es pimiento seco y con el aceite puede quemarse con facilidad. Dale unas vueltas a todo el conjunto y moja con el caldo de carne. Rectifica de sal y deja cocer unos 30 minutos. Pasado ese tiempo, comprueba el sabor, y la dureza de la carne… y si ya está tierna ¡a comer!.

Presentación:

Sirve tu calderete bien caliente en un plato hondo bonito o en una cazuela individual y adorna con una ramita de perejil u otra hierba aromática.

Sugerencia:

Este calderete admite muchas variaciones… por ejemplo, puedes añadirle caracoles, cangrejos, setas frescas… ¡lo que más te guste!