Siempre que hay calamares frescos en la pescadería no dudo en comprarlos, para hacer unos calamares rellenos que es un plato que a todos nos encanta. Los puedes rellenar de lo que más te apetezca, y lo mejor, la salsa en la que se hacen, con ese sofrito de cebolla y reducción de vino blanco.
Comenzamos a hacer este plato limpiando bien los calamares, dejándolos completamente blancos, desprovistos de patas aletas tripa y la pluma.
Hacemos el relleno que prefiramos, ya sean las mismas patas de los calamares con un sofrito de verduras, un poco de carne picada o pescado, Y vamos rellenando con él los calamares. Según los vamos rellenando les vamos poniendo un palillo en la boca para que no se salga el relleno.
A continuación se pasan por harina y se sofríen bien doraditos en el aceite. Se reservan, en el aceite freímos bien dorados los ajos, a continuación doramos la cebolla partida en cuadritos pequeños, cuando este, añadimos los calamares ya dorados y añadimos la harinilla que quede en el plato del rebozo. La sal pimienta.
Por último, echamos el vasito de vino blanco junto con dos vasos de agua y lo llevamos a ebullición hasta que queden tiernos los calamares y la mayoría de la salsa se haya reducido concentrando su sabor.
Haced la prueba, y ya veris que estos calamares rellenos están estupendos.
En la lista de ingredientes os indico de lo que suelo rellenarlos yo, lo podéis probar y si os gustan, repetir.