Suelo hacer bastante la calabaza gratinada porque queda muy rica y es fácil de hacer. Incluso, a veces me lanzo a hacerla en verano porque me gusta no dejar de comerla así porque sí.
Preparamos y cortamos la calabaza en trocitos al gusto. Una vez está lista, la ponemos en una cacerola con el aceite de oliva y la sal, la tapamos y la dejamos cociéndose durante un cuarto de hora.
Ya cocida la calabaza, la sacamos de la cacerola y la pasamos por el pasapurés. Agregamos al puré la salsa bechamel y los huevos batidos, y lo mezclamos bien todo añadiendo la sal al gusto. Añadimos la nuez moscada y pasamos la preparación a una fuente.
Espolvoreamos la calabaza con el queso rallado y la metemos al horno a gratinarse.