Bechamel ...salsa casera

Complemento perfecto para pastas y lasañas, la salsa bechamel animará muchísimos otros platos y hará gratinados fabulosos. ¡Anímate!, es sencillísima de elaborar en casa.

Paso 1:

Acerca un cazo al fuego con la leche. Añade una pizca de sal, pimienta negra recién molida y nuez moscada al gusto. Es preferible que seas prudente al principio y que, una hecha la salsa bechamel, rectifiques de sal, pimienta negra y nuez moscada.

Paso 2:

Por otro lado, acerca al fuego la mantequilla en un cazo (si es antiadherente, muchísimo mejor) y cuando esté derretida añade la harina y sofríe unos minutos con el fuego bajo, y con cuidado de que no se queme. Aparta del fuego y deja enfriar.

Paso 3:

Cuando hierva la leche, añádela a la mezcla anterior, ponla al fuego y mezcla bien con una varilla para que no queden grumos.

Paso 4:

Deja cocer al menos 10 minutos a fuego suave para quitar el sabor a harina, siempre sin dejar de remover. Si no has parado de remover en ningún momento, y si la leche estaba bien caliente en el momento de mezclarla con la harina... no tienen por qué salir grumos. Pero si aun así te ha quedado alguno, puedes pasar la salsa por la batidora o el chino.

Consejo:

Para variar el espesor de la salsa bechamel juega con las cantidades de harina, añadiendo o quitando harina a la mezcla. En líneas generales, para una salsa ligera serán necesarios entre 50 y 60 gramos de harina, unos 80 gramos para la cobertura de una lasaña y entre 100 y 125 gramos para una masa de croquetas.

Sugerencia:

Cuando te dispongas a preparar esta salsa bechamel, no dudes en emplear la harina marca DIA, así como la leche entera DIA... ¡una combinación perfecta!.

Alternativa sin gluten:

La bechamel también se puede preparar con maicena en lugar de harina. La maicena es harina de maíz, un ingrediente básico en la elaboración de masas y postres para personas celíacas o con intolerancia al gluten. Así, esta salsa bechamel, que resulta más ligera y con menos calorías que la de harina, es la indicada para los celíacos.  En este caso, la elaboración varía ligeramente: En un cazo derrite una cucharada de mantequilla, añade la maicena y remueve bien para mezclar. Añade la leche fría, la sal y la nuez moscada, removiendo hasta formar una crema sin grumos. Vuelve a colocar la salsa en el fuego, a temperatura suave, y continúa removiendo con una cuchara de madera hasta que hierva y adquiera la consistencia adecuada.

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