Baklava

Si de algo son amantes los árabes... es del dulce, la miel, los frutos secos y el aroma del azahar. El baklava es uno de los dulces, o halwa como allí los llaman tradicionalmente, más conocidos y populares en todo Oriente Medio, Turquía, aunque también en el norte de África y otros países. Se trata de un pastelillo muy dulce hecho con un relleno de frutos secos... nosotros hemos optado por las almendras... aunque también lo puedes hacer de pistachos, por ejemplo.

Paso 1:

En primer lugar, prepara la masa para tu baklava. Para ello, pon la harina tamizada en un bol amplio. Tamizar la harina nos ayudará a conseguir postres más esponjosos. Consiste en pasarla por un colador o tamiz para conseguir que la harina se separe en pequeñas partículas. Permite que entre más aire en las mezclas y evita la formación de grumos. Si no tienes un tamiz, puedes conseguir el mismo resultado con un colador de trama fina.

Paso 2:

Añade al bol de la harina el azúcar, y la sal. Haz un agujero en el centro... como si se tratara de un volcán y añade la mantequilla derretida en el centro.

Paso 3:

Separa la clara de la yema del huevo. Reserva la yema para más adelante y añade la clara al volcán, junto a la mantequilla.

Paso 4:

Trabaja con la punta de los dedos de esta mezcla y ve integrando todos los ingredientes. Añade el agua de azahar y sigue amasando. Cuando la masa esté liste y flexible, déjala reposar, mientras preparas el relleno y el almibar.

Paso 5:

Ahora, ya puedes ocuparte del relleno de tu baklava. Para ello, mezcla en un bol las almendras molidas con el azúcar glas, el huevo, el agua de azahar, la sémola y la mantequilla derretida. Mezcla todos los ingredientes y muévelos bien con la ayuda de una espátula o lengua de silicona. Una vez que la mezcla esté bien ingregrada... reserva.

Paso 6:

Enciende el horno a 170°... y mientras va tomando temperatura, divide la masa en dos partes iguales. Estira con el rodillo cada una de las partes de la masa... hasta dejarlas con un grosor como de 5 milímetros. Cubre el fondo de un molde rectangular de buen tamaño con papel sulfurizado o papel de horno y engrasa ligeramente su superficie con un poco de mantequilla.

Paso 7:

Extiende una de las partes de masa en el fondo del molde rectangular. Añade después el relleno y cubre con la otra capa de la masa. Bate ligeramente la yema del huevo que tenías reservada y pinta con ella la superficie de tu baklava. Con la ayuda de un cuchillo, dibuja rombos o rectángulos sobre la superficie... el corte no tiene que ser muy profundo, pero sí romper la capa superior de la masa.

Paso 8:

Mete en el horno y hornea durante 45 minutos a 170°.

Paso 9:

Mientras tanto, prepara el almíbar. Para ello, disuelve en un cazo con el agua el azúcar. Añade el clavo de olor y la miel y lleva a ebullición. Deja hervir durante 10 minutos.

Paso 10:

Pasado este tiempo, y ya fuera del fuego, incorpora 2 el zumo de limón y el agua de azahar. Reserva mientras va atemperando.

Paso 11:

Saca el baklava del horno y profundiza con el cuchillo los cortes que habías dibujado sobre la superficie de tu postre. Vierte por encima el almíbar y deja enfriar.

Presentación:

Sirve tu baklava partido en pequeñas porciones... porque es suuuper goloso. Y, por supuesto, acompáñalo de un té con menta.

Sugerencia:

No dudes en realizar esta deliciosa receta de baklava con el azúcar y la mantequilla sin sal de la marca DIA... un tándem perfecto que te asegura un buen resultado en cualquier elaboración de repostería.

Alternativa:

Si no te quieres complicar preparando tu propia masa para este postre de Oriente Medio... puedes emplear masa philo. Eso sí, nunca emplees masa de hojaldre para un baklava.

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