Las albóndigas de bacalao con piñones llevan su elaboración pero son muy agradecidas.
El día anterior hay que poner el bacalao a desalar en un bol con abundante agua y la piel hacia abajo. Hay que cambiar el agua entre 3 y 4 veces para que se quite la sal.
Al día siguiente hay que lavar bien las patatas y ponerlas a cocer con la piel en una cacerola con abundante agua. En otra cacerola se pone a cocer el bacalao desalado y cortado en trozos. Cuando las patatas estén tiernas, se sacan, se pelan y reservan. Cuando esté listo el bacalao, se saca y se reserva.
Con las patatas ya frías, se cortan en trozos muy pequeños, al igual que el bacalao quitando las espinas, y se mezclan en un bol. Se echan también las hojas del perejil muy picaditas, y se mezclan
Se calienta un poco de aceite en una sartén y se fríen los piñones y el pimentón un par de minutos y sin dejar de darles vueltas. Se añade esta mezcla al bol con el bacalao y la patata, y se va machacando todo. Cuando estén todos los ingredientes bien mezclados, se añade la yema de huevo y la canela, y se mezcla bien. Se amasa con las manos hasta conseguir una masa homogénea y se tapa dejándola en la nevera durante una hora.
Pasada la hora, se forman las albóndigas de bacalao y piñones, las cuales se pasan por la clara de huevo batida y se fríen en abundante aceite. Una vez listas, se sacan a un plato con papel absorbente para que suelten el exceso de aceite.