Albóndigas con boletus

Un plato de toda la vida… una receta de esas que las madres, bordan. Un plato suculento que en esta propuesta se actualiza y enriquece con los boletus. Todo un acierto.

Paso 1:

Mezcla la carne con la leche, los huevos, un diente de ajo picado, el jamoncito picado y sal. Mezcla bien, amasando con las manos. Tápalo y mételo en la nevera para que repose mientras vas preparando el resto de ingredientes.

Paso 2:

Pica la cebolla menuda, los otros 2 dientes de ajo. Asimismo, lava y pica las setas si son frescas, o bien descongela y pica un poco si son congeladas. Pica también el perejil.

Paso 3:

Saca la carne de la nevera y haz bolitas de unos 45 gramos, no muy grandes. Pásalas por un plato con harina dando pequeños golpecitos con la mano para retirar el exceso de harina de las albóndigas.

Paso 4:

Pon una olla con un dedo de aceite a calentar. Cuando esté bien caliente ve introduciendo las albóndigas poco a poco. Si no caben todas a la vez, tendrás que hacerlas en varias tandas. A medida que vayan estando bien doraditas por todos los lados, sácalas y resérvalas.

Paso 5:

Cuando hayas retirado todas las albóndigas, sin apagar el fuego, echa a la misma olla la cebolla el ajo y las setas y rehoga unos 10 minutos a fuego medio hasta que la cebolla empiece a estar transparente. En ese momento añade el tomate frito y rehoga un poco más. Añade el vino y deja cocer durante tres minutos para que se evapore el alcohol.

Paso 6:

Vuelve a meter las albóndigas en la olla y añade el caldo de carne y deja cocer poco a poco sin tapar durante 20 minutos. Durante la cocción, limpia la superficie de impurezas de vez en cuando (grasa, espuma, etc). Casi al final, corrige el punto de sal de la salsa.

Presentación:

Presenta tus albóndigas en una bonita olla con un poco de perejil picado por encima. Se puede acompañar con pasta o arroz. Y recuerda que al tratarse de un guiso, siempre estará más rico si se deja reposar un día en la nevera.