Una despensa bien surtida es fundamental para que cada día puedas comer de forma variada, para no quedarte sin ideas ni cenar siempre lo mismo... y para ahorrar dinero, puesto que te evitarás muchos viajes a los caros comercios “open 24 hours”. En general la despensa debe estar bien surtida de productos cerrados y todos aquellos que, siendo habituales, no necesitan refrigeración.
Un poco de sitio, por favor
Antiguamente... era muy habitual ver cocinas con una zona amplia de despensa anexa. Lamentablemente, ya no. Así que tenemos hacer hueco a nuestra despensa en los armarios de cocina. Si tu cocina no es muy grande, considera destinar un pequeño espacio para despensa en otro lugar de la casa. Créenos, con el tiempo lo agradecerás.
Organización, organizacioooooón
Si guardas un paquete de macarrones a medias junto con el sobre de láminas de gelatina, la botella de vinagre y dos litros de leche y una lata de espárragos... debes saber una cosa: o dibujas un plano, o el caos pronto se apoderará de tu despensa. En la medida de lo posible, procura guardar cada alimento con sus similares siempre juntos: pastas y arroces, harinas, azúcar, sal y otros básicos; conservas de verduras; salsas; aceite y vinagre; leche; atún, sardinas y otras conservas, etc.
Rotación
Está muy bien que siempre cuentes con varias latas de sardinas... pero si cada vez que las repones las colocas delante, siempre consumirás las más recientes. Si haces esto, que no te extrañe si un día descubres que la última caducó hace dos años. Cada vez que repongas algún alimento, ponlo al fondo y ve adelantando el resto.
Pasa lista
Revisa periódicamente la despensa, para detectar aquello que se haya terminado para reponerlo y evitar, al mismo tiempo, que haya duplicidades (¿nunca te ha ocurrido tener dos o tres paquetes de azúcar abiertos con pequeñas cantidades cada uno?). Así nunca te quedarás sin reservas.
Botes etiquetados
Los envases de papel y cartón se pueden romper... es mucho mejor si pasas su contenido a un bote con cierre hermético de buena calidad. Eso sí, en este caso es muy importante que lo etiquetes con la fecha de caducidad. Un truco muy útil, es recortar la información nutricional del paquete original, apuntar la fecha de caducidad, y meterlo dentro del bote hermético junto al producto.
Revisión a fondo
Por mucho cuidado que tengas... es inevitable caer en alguno de los errores anteriores. Por eso, es importante hacer una vez al año una limpieza en profundidad. Vaciar toda la despensa, limpiar y organizar de nuevo todo lo que tengas.
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