El café, por la mañana, nos despierta y nos ayuda a comenzar con energía y buen pie las largas jornadas de trabajo o estudio. Parece ser, que una buena taza de café también tiene la capacidad de despertar nuestro lado más artístico y nuestra creatividad. Al menos, así ha ocurrido con un buen número de artistas que han hecho del café su inspiración, su modelo e incluso su material de trabajo. Art Coffee: café con mucho arte
Arte efímero
“Niña, con la comida no se juega” es el mantra de los padres que todos los niños del mundo hemos escuchado alguna vez. No sabemos si la artista italiana Giulia Bernardelli no se tomó nunca muy en serio esa advertencia, o que sus padres sí la dejaron jugar con la comida. Lo cierto es que hoy en día, Giulia es capaz de hacer arte con todo lo que cae en su plato o taza: café, por supuesto, pero también con chocolate, mermelada, salsa de soja o salsa de tomate.
El café derramado una mañana de forma accidental fue el punto de partida. Sin pensarlo demasiado comenzó a extenderlo y darle forma... hasta crear un bonito paisaje. Graduada en la Academia de Bellas Artes en Bolonia, Giulia Bernardelli, crea arte efímero que comparte en su cuenta de Instagram, en la que firma con su pseudónimo Bernulia. Su arte es efímero porque tarde o temprano, la taza de café va al lavavajillas y sobre la mesa terminará pasando una balleta. Sus obras, según asegura, son espontáneas, nada planificadas, ni pensadas. Porque aprovecha los restos de su desayuno o comida para crearlas.
Café y lindos gatitos
Por su parte la artista rusa Elena Efremova tiene otra pasión, además del café: los gatos. Su obra, denominada ‘Gatos de Café’ son fotografías de sus acuarelas en las que el café que está tomando se derrama sobre el lienzo. Mágicamente, las manchas del café (que tantos hemos sufrido mientras estamos estudiando, leyendo o trabajando) se transforman milagrosamente en delicados y juguetones gatitos.
Tal y como asegura la autora, cada uno de sus gatos tiene una personalidad, de la misma forma que cada uno de los cafés tiene un carácter y gusto. Así, las manchas de un café macchiato se transforman en un rollizo gatito rubio, un espresso en un juguetón gato oscuro. Where summer is es el nombre de su cuenta en Instagram.
Sombras y siluetas de café
El artista indonesio Ghidaq al-Nizar emplea los restos de su café de cada mañana para crear bonitas y delicadas obras de arte. Su lienzo puede ser la propia taza, un plato, una hoja sobre los que pinta con café, pero sobre los que también crea volúmenes con los posos del café, o con café molido.
Su cuenta de Instagram, @caffeetopia es un apasionante viaje por el café lleno de sombras y siluetas con un inigualable aroma.
La Mona Lisa también toma café
El de Karen Eland es auténtico amor por el café. Porque es su material de pintura... y al mismo tiempo su modelo. Como único material de pintura emplea café y agua.
Pero, además, esta artista hace unas particulares versiones de grandes obras de arte en las que el café siempre está presente. Así han nacido obras que ya se han convertido en todo un icono, como su ‘Mona Latte’, ‘Creation of Coffe’, o su ‘Birth of the Coffee B reak’.
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