Se acerca la última noche del año. Unas horas llenas de magia, nuevos deseos y propósitos... pero también unas horas cargadas de ritos y costumbres para entrar en el año nuevo con suerte y dejar atrás lo peor del año pasado. De las 12 uvas que se toman al son de las 12 campanadas de la medianoche, a las lentejas de la suerte italianas, todo el mundo celebra la Nochevieja. 12 uvas y otras formas de acabar el año.
12 uvas... una tradición reciente
En España, cuando se acerca la medianoche, el último día del año, todos los comensales que previamente han celebrado la cena de Nochevieja, preparan 12 uvas. Cada una de ellas simboliza los meses del año que está a punto de comenzar. Las uvas deben comerse al son de las campanadas que anuncian que el comienzo del primer día del año. Comer las uvas al mismo tiempo que suenan las campanadas, sin retrasos, es el mejor augurio de buena suerte a lo largo de los 12 meses que comienzan. Son las uvas de la suerte.
Sin embargo, la tradición de las 12 uvas es relativamente reciente. Comenzó a generalizarse a partir de la Nochevieja de 1909, año en el que se produjo un excepcional excedente de la cosecha en Alicante. Los productores las repartieron para promocionar su consumo.
Hasta entonces, solo existía la costumbre de comer uvas –pero no un número concreto-y brindar con champán para despedir el año entre la burguesía. Aunque fue a partir de 1909 cuando la costumbre se asentó por todo el país, en 1882 se comenzaron a tomar las uvas frente a la madrileña Puerta de Sol. El motivo fue un bando del entonces alcalde de la ciudad, José Abascal y Carredano, que sancionaba algunas de las costumbres más ruidosas de Nochevieja. Los madrileños en señal de protesta, salieron esa nochevieja con uvas para tomarlas en la puerta del Sol, en referencia a la costumbre burguesa de tomar esta fruta con champán.
Lentejas italianas, la última cucharada alemana y fideos soba nipones
Un buen plato de lentejas... no falta en la mesa de ningún italiano la última noche del año. Esta legumbre simboliza riqueza y dinero. Ya los romanos regalaban lentejas a principios de año con la intención de que cada una de ellas se transforman en monedas de oro a lo largo del año.
También en Alemania toman lentejas, además de verduras y arenques en escabeche, en menú con el que aseguran un buen año. Eso sí, los alemanes siempre dejan la última cuchara o pinchada en el plato sin comer hasta después de la medianoche... para asegurarse una despensa bien surtida durante todo el año entrante.
Los japoneses, por su parte, suelen tomar el último día del año toshikoshi-soba. Creen que la fortuna de la familia durante el año que comienza será tan largo como los propios fideos de este plato. En la última cena del año, en China, que por cierto se celebra entre enero y febrero dado que su calendario es lunar, no faltan los brotes de bambú, un alimento que simboliza longevidad.
Atracones estonios, vajillas rotas en Dinamarca y brindis con ceniza en Rusia
En Dinamarca, no se come algo concreto el último día del año... eso sí, una vez que el plato está vacío, y para dar la bienvenida al año nuevo, rompen su vajilla tras la cena de Nochevieja. Los daneses seguro que tienen la suerte de estrenar vajilla cada vez que comienza el año... la que compren para reponer las piezas rotas.
El siete, el nueve y el doce son los números de la buena suerte en Estonia. Por tanto, cualquiera de esos números son los que marcan cuantas veces debe comer un estonio a lo largo del último día del año. Y no estamos hablando de 7, 9 o 12 bocados... sino de comidas completas. Para los estonios, si una persona come 7 veces el último día del año, el año nuevo le dará la fuerza de 7 personas.
Los rusos, cada 31 de diciembre queman sus deseos escritos en un papel. Pero no conformes con ello, recogen las cenizas y las agregan a la copa de champán con la que brindarán y recibirán el año nuevo... ¿o será vodka?
Pepitas de oro y alubias como centavos al otro lado del mundo
En nuestras antípodas, Australia, el menú de Nochevieja está compuesto de pavo y pudin de ciruelas o plum pudding... en el que, al igual que ocurre en nuestro tradicional Roscón de Reyes, se oculta una pepita de oro que traerá buena suerte en el año entrante a quien la encuentre.
Y al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, el último día del año se deben comer back eyes peas, unas pequeñas alubias con una manchita negra a las que se atribuye prosperidad por su resistencia a las plagas y sequías y por su aspecto parecido al centavo.
Por su parte, el último día del año es tradición en Venezuela regalar a los familiares y seres queridos hallacas, una masa de maíz rellena de picadillo de carne de vaca, pollo y tocino; condimentado con pimentón, cebolla, pasas, aceitunas y alcaparras; envueltas en hojas de plátano.
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