Torrijas de calabaza

Las torrijas de calabaza son las típicas en mi casa en Pascua. No sé por qué mi madre probo a hacerlas así y, desde entonces, ella no ha vuelto a hacer las normales, las de toda la vida vaya.
Hay que lavar la calabaza y pelarla. Una vez está lista, se coloca en una olla troceada, y se deja en agua hirviendo hasta que esté bien tierna. Entonces, se cuela y, con un tenedor, se deshace en un bol grande pisándola bien.
Una vez listo el puré de calabaza, se mezcla con los vasos de leche, el huevo batido, la levadura y la harina. Se remueve todo bien y se amasa hasta que quede una mezcla consistente y no muy pegajosa. Entonces, se echa mucho aceite de oliva en una sartén y, cuando esté muy caliente, se van añadiendo cucharones de la masa de calabaza y se aplastan para formar las torrijas. Cuando vayan estando listas, se sacan a un plato forrado con papel absorbente y se pasan enseguida por el azúcar y la canela para que se impregnen bien.