El tomate frito en conserva es lo más cómodo porque te sirve para muchísimas cosas. A mí me suele gustar utilizarlo casero, toda la comida en general, porque le doy el toque que quiero y me termina gustando mucho más.
No hace falta pelar los tomates si no quieres, se pueden triturar con piel y colarla después, a tu gusto y dependiendo de las comodidades que tengas en casa para hacerlo.
Con el jugo resultante de triturar los tomates, se pone una cazuela amplia con aceite y, cuando está muy caliente, se le añade el romero o las hierbas junto con el tomate, y se remueve muy bien echando la sal y una cucharadita de azúcar para quitar la acidez.
Una vez que se ha reducido el tomate frío, se pone en conserva envasándolo en botes bien cerrándolos bien y metiéndolos a la nevera.