Tarta de nueces y dátiles

Esta receta sin azúcares añadidos es un postre perfecto para celebraciones. Que mejor época de celebraciones que la primavera que empieza a hacer buen tiempo. Además, el níspero esta de temporada y estarán en su punto. Su acidez combinada con el dulzor de los dátiles hace de la tarta un postre original.

 

 

 

Triturarlas galletas de la base con una procesadora o aplastándolas con un rodillo hasta que sean polvo. Echarlas en un bol. Derretir la mantequilla unos segundos al microondas y cuando esté echarla en el polvo de galleta y mezclar todo bien hasta que se haya incorporado. Cubrir el molde redondo desmontable con papel de horno y verter las galletas en la base. Presionar con ayuda de una cuchara por toda la base para que se reparta y cubra por igual por toda la superficie. Reservar en frío mientras se hace la crema.

 

 

Precalentar el horno a 180 grados.

Triturar con ayuda de una procesadora las nueces y los dátiles hasta que más o menos se haga una pasta.

 

 

Poner en un bol aparte los huevos y la mitad de la pasta y batir bien con ayuda de una túrmix para que monte un poco y coja textura. Cuando esté mezclado añadir la mitad de la nata y volver a mezclar. Echar entonces el resto de la pasta y seguir removiendo. Terminar añadiendo la nata restante.

 

 

Cuando esté todo bien mezclado, sacar el molde con la base de la nevera y verter esta crema. Introducir el molde en el horno durante 40 minutos aproximadamente. Para comprobar que esta hecha hay que pinchar con un palillo en el centro y salir limpio.

 

 

Cuando eso haya pasado apagar el horno y dejarla dentro uno 10 minutillos más. Después pasarla la tarta a una rejilla fuera del horno para que se termine de enfriar bien por arriba y por abajo. Una vez haya perdido temperatura meterla en la nevera durante una hora como mínimo. Después ya se podría desmoldar.

 

PRESENTACIÓN:

 

Cortar en porciones y terminar añadiendo por encima unas nueces enteras. Pelar un níspero, cortar sus gajos y ponerlos a modo de decoración. Es importante servirla bien fría.

 

Se podría acompañar la tarta de alguna mermelada ligera para que tenga más sabores. Incluso se le podría añadir un poco de chocolate negro a la crema si se quisiese.