Sopa de mejillones

Una de mis comida favoritas son los mejillones. Me encantan desde hechos simplemente al vapor, con un poco de vino, los tigres o a la escocesa, por lo que cuando probé esta sopa de mejillones la primera vez, no es de extrañar que se convirtiera en una de mis favoritas. De sencilla elaboración, se ha convertido en uno de los platos más habituales de mi mesa, en especial cando hay invitados ya que es tan deliciosa que parece sacada del mejor de los restaurantes.

Para prepararla tenemos que sofreír a fuego lento con un poco de aceite la cebolla, la zanahoria, el ajo y el tomate, todo ello previamente cortado a trocitos.
Una vez que lo tengamos pochado, añadiremos la harina y la mezclaremos bien con las hortalizas. Después de rehogarla durante unos minutos para que pierda su sabor a crudo, añadiremos el vino blanco y lo dejamos que reduzca. Después de esto pondremos un poco de pimentón rojo dulce, sal, la hoja de laurel y los mejillones que previamente habremos hervido durante 10 minutos y sacado de sus cáscaras (de estos reservamos unos pocos con cascara y todo para la hora de presentar). Añadimos 1 litro de agua y dejamos que hierva durante unos 10 minutos.
En el momento en el que esté todo hecho, sacamos la hoja de laurel y lo trituramos con la batidora eléctrica, lo volveremos a poner a hervir con el resto de mejillones que antes habremos separado y con el perejil durante 5 minutos.
Si haces la sopa de mejillones con antelación, te recomiendo que el ultimo hervor se lo des antes de servir a la mesa, ya que es preferible tomar esta sopa bien caliente.