1) Enjuagar el pollo y cortarlo a cachitos (cuadraditos).
2) Pelar las patatas y cortarlas a rodajas, no muy gruesas pero tampoco tan finas.
3) Enjuagar la verdura y repetir el procedimiento. Cuanto más pequeñas, mejor, pues se harán mejor y serán más fáciles de digerir después.
4) Bañamos la sartén en aceite de oliva virgen extra (no demasiado; que complete el molde del utensilio).
5) Aplicamos una pizca de sal y el cardamomo.
6) Encendemos la placa y dejamos que caliente durante un minuto (que no empiece a freír todavía).
7) Vamos echando primero la verdura y, luego, las patatas.
8) Luego hacemos lo propio con el pollo y lo vamos esparciendo todo para que se mezclen todos los avíos.
9) Calentamos primero a una intensidad moderada; no muy fuerte pero tampoco "a fuego lento" (evitar que el aceite empiece a recalentarse demasiado y se fría).
10) Vamos removiendo para que no se pegue nada al fondo. Hacemos esto durante unos 20 minutos.
11) Repetimos el procedimiento y bajamos, está vez sí, "a fuego lento". Seguimos removiendo. Vamos comprobando que todo está blandito, "pochadito". Ahora sería el momento indicado para aplicar el vino (aromatizador) y seguimos hasta que se ponga todo más pochadito (que se desmorone con relativa facilidad). El tiempo dependerá de la fritada, así como del gusto del consumidor (más o menos "desmoronado").
12) Una vez conseguido dicho efecto, apagamos el fuego y dejamos reposar durante cinco minutos (lo ideal sería taparlo para que mantenga el calor).
13) Remover un poco antes de servir.