Una solución estupenda para cenar. Rápida, sencilla y suculenta. Porque preparar un sándwich puede ir mucho más allá del jamón y queso.
Paso 1:
Tuesta las rebanadas de pan y corta un círculo en 4 de ellas con un vasito pequeño, pero reserva el interior del círculo.
Paso 2:
Tritura los garbanzos con un poco del líquido de cocción (o del agua del bote), con una pizca de sal y un chorro de aceite. Debe quedar una textura como si fuera un paté.
Paso 3:
Acerca una sartén pequeña al fuego con abundante aceite y cuando esté caliente fríe los huevos y reserva en un plato.
Paso 4:
Tuesta el sésamo en una sartén sin aceite, pero con cuidado ya que se puede quemar con facilidad. Tan sólo deberá estar durante un minuto más o menos. (También puedes optar por sésamo ya tostado).
Paso 5:
Unta el ‘paté’ de garbanzos a las rebanadas de pan sin agujero, dispón encima algunas hojas de lechuga, coloca después las lonchas de salmón, encima el huevo frito procurando que la yema quede en el medio. Espolvorea todo con un poco de sésamo tostado y por último tapa con las rebanadas con agujeros.
Presentación:
Dispón tu sandwich con ‘ventana’ sobre un plato bonito, colocando la tapa a un lado, apoyada sobre el sandwich.