Como entrante o como la guarnición más sana y ligera. Hoy tenemos una receta muy sencilla pero con toques asiáticos: el cilantro y la guindilla le dan un sabor muy especial, ¡que tienes que probar!
Paso 1:
En esta receta vamos a cocinar las verduras de dos formas: el brócoli al vapor (para que no quede crudo, pero tampoco demasiado blando) y el resto de verduras salteadas con un poquito de aceite. ¡Empecemos por el brócoli!
Paso 2:
Lávalo y córtalo en ‘arbolitos’, aprovechando su forma tan característica. Ponlo a cocer en una vaporera de 5 a 8 minutos, hasta que todavía esté un poco crujiente pero sin que quede crudo.
Paso 3:
Mientras tanto, pica los dientes de ajo muy finitos. El pimiento y la cebolla córtalos en juliana, es decir, en tiritas. Y en una sartén amplia pon un chorrito de aceite. Cuando esté caliente añade los trocitos de pimiento y cebolla y saltéalos a fuego fuerte para que se doren. Remueve de vez en cuando. Estarán listos en unos minutos (unos 5…). ¡Tampoco interesa que queden demasiado hechos!
Paso 4:
Baja el fuego e incorpora el ajo picadito y el jengibre rallado. Si no tienes fresco a mano, puedes usar seco en polvo, aunque te aconsejamos fresco porque tiene más aroma. Saltea durante un minutito.
Paso 5:
Ahora vamos a agregar el brócoli, pero procura que no tenga nada de agua. Saltea otro minuto y añade un chorro de salsa de soja. La salsa de soja no solo sirve para dar sabor, sino también para salar, ¡así que ojo con el salero!). Remueve y apaga el fuego.
Presentación:
Sirve en una fuente o plato como guarnición o como plato entrante. Añade a tu gusto un poquito de cilantro picado. Y si eres valiente o te gusta el picante, puedes poner un poquito más de guindilla en trocitos muy finitos. Los típicos palillos chinos, ¡son el instrumental perfecto!
Truco:
Si no tienes vaporera, puedes fabricarte una casero. Pon sobre una olla con agua una colador grande y pon ahí los trocitos de brócoli. Y otra sugerencia, saltea tus verduras con aceite de oliva marca DÍA,
Salsa de soja, el condimento perfecto
Hoy en día podemos encontrar salsas de soja más ligeras o bien espesas, que nos servirán para realzar el aroma de los pescados, aves, verduras, arroz, pasta… Hay que tener en cuenta que las líquidas se consumen con carnes blancas, sopas o se sirven para mojar. Y las más espesas, van muy bien para condimentar carnes con sabor fuerte.