Rosquitas merenderas

Uno de esos vicios ocultos que tengo, porque no me siento demasiado orgullosa de ello ya que tengo el azúcar un poco alto, son estas rosquitas merenderas que hacia mi tía en el pueblo. Hace unos años me dio la receta, y ahora que ella ya no las puede hacer, soy yo las que se las llevo. Suelo hacerlas muy a menudo, y es un ir y venir al armario donde las guardo. Son dulces y suaves, como toda buena rosquilla.

Comenzamos poniendo en un bol a mezclar y cremar la mantequilla junto con el azúcar, los huevos y la ralladura de limón o de naranja.
Cuando este bien mezclada la masa anterior, agregamos la harina tamizada junto a la levadura en polvo y amasar ligeramente hasta formar una masa lisa.
Formamos rollitos de masa como de 1 cm a 1 cm y 1/2 de diámetro, y luego los cortamos a tiras de 12 cm. aproximadamente y damos forma a nuestras rosquitas uniendo los extremos.
A continuación las acomodamos un poco separadas entre sí en placas de horno untadas con un poco de mantequilla y espolvoreadas de harina para que no se peguen las rosquitas, y horneamos durante unos 12 a 15 minutos en horno precalentado a una temperatura media de 190º.
Pasado este tiempo ya estarán hechas, por lo que las sacamos del horno, y una vez retiradas las dejamos enfriar sobre una rejilla para que no se humedezca su parte inferior.
Solas estas rosquillas ya están muy buenas, pero si lo preferís las podéis espolvorear simplemente con azúcar glas, o pintar con miel, mermelada o bañarlas con un glasé hecho de limón o naranja.