¡Este roquefort con nueces está de alucinar! No tiene que ser fuerte de sabor si tú no quieres, puedes rebajarlo y seguirá estando irresistible para acompañar a carnes o a ensaladas, por ejemplo.
Colocar el queso roquefort en un cuenco y, con la ayuda de un tenedor, amasarlo hasta hacerlo maleable. Entonces, añadir la nata y mezclarla lo mejor posible. Añadir, además, un poco de aceite y seguir amasando a la vez que se va echando éste en forma de hilo. Echar al roquefort las nueces, peladas y troceadas, la nuez moscada, la sal y la pimienta al gusto.
Echar la mezcla en un cuenco y meterla a la nevera una hora antes de utilizarla.
Después de una hora puedes hacer con este roquefort con nueces lo que quiera, ya lo sirvas frío o caliente.