Quiche de berenjenas

Una de las mejores cosas de esta quiche de berenjenas es que gusta a todo el mundo, incluso a aquellos que no son muy amantes de las verduras, por eso es uno de los platos más recurridos dentro de mi recetario ya que con él el éxito es asegurado. Si pruebas a hacerlo ya verás cómo me das la razón.

Lo primero que vamos a hacer es preparar la base y para ello, forramos un molde para quiches con la masa brisa y pinchamos el fondo con un tenedor. Echamos encima unos garbanzos e lo introducimos en el horno, que estará precalentado a una temperatura de 180º, durante unos 20 minutos.
Mientras esto se hace, lavamos y cortamos en rodajas no muy gruesas las berenjenas, salamos y dejamos que eliminen jugos durante unos 15 minutos. Después, las salpimentamos, enharinamos y freímos durante 1 minuto por cada cara en aceite de oliva muy caliente. Según se van haciendo las retiramos y reservamos sobre papel de cocina absorbente para quitar el exceso de grasa.
Sacamos el molde del horno, retiramos los garbanzos y repartimos sobre la base la salsa de tomate frito.
Espolvoreamos por encima el mozzarella rallada y, colocamos las rodajas de berenjena con cuidado de cubrir toda la superficie.
Hecho esto ahora en un cuenco batimos los huevos junto con la nata, salpimentamos al gusto y vertemos la mezcla sobre las berenjenas.
Espolvoreamos toda la superficie con el queso manchego rallado y lo llevamos de nuevo al horno. Dejamos que se cocine durante 40 minutos o hasta que la mezcla de nata y huevos esté bien cuajada.
Cuando esté en su punto sacamos del horno y dejamos que el quiche de berenjenas se temple un poco para servirla. Se puede consumir tanto fría como caliente.