De las de toda la vida, de las que te sacan de un apuro cuando no tienes nada en la nevera y de las que te recuerdan a los aromas de la cocina más tradicional. Así es esta receta: porrusalda, conocida también por muchos como caldo de puerro. Se trata de un guiso muy típico en el norte de España, que es además una opción muy sencilla, desintoxicante, económica y de la que puedes hacer mil versiones (usando alguna raspa de pescado, panceta, costillas de cerdo… ¿Cuál es la tuya?
Paso 1:
Pela y pica la cebolla y póchala con paciencia a fuego lento con un buen chorrito de aceite de oliva, pero no dejes que se doren los trocitos. Mientras, aprovecha para limpiar los puerros y trocearlos finamente. Cuando la cebolla esté lista incorpora el caldo de pollo o ave con cuidado y también los puerros. Menea con suavidad para que los ingredientes se entremezclen.
Paso 2:
Entonces agrega las zanahorias y las patatas ya peladas y troceadas en dados medianos, como del tamaño de una nuez más o menos. Ahora tendrás tiempo para ponerte a hacer otras cosas porque tardará unos 20 minutitos en cocinarse, pero antes echa sal y pimienta y como buen cocinero que serás comprueba cómo ha quedado y corrige el punto de sal si es necesario. Remueve de vez en cuando.
Presentación:
Utiliza un plato hondo para servir tu porrusalda, bien en pequeñas raciones, o bien más contundentes si optas por plato único. Un toque de perejil y ¡listo!
Trucos:
Si quieres que esta receta te ayude a compensar el maratón navideño síguela al pie de la letra. Pero para otras ocasiones te vendrá bien saber que las posibilidades son muchas, más o menos light. Juega con especias como el pimentón o agrega un toque de pescado (con una raspa o con trocitos de merluza o bacalao conseguirás un sabor estupendo). También tienes la opción “carnívora” con pollo, panceta o costillas de cerdo.
Alternativas:
¿Tienes nata para cocinar en la nevera? Qué te parece si eliges preparar una crema con lo que te haya sobrado. Tan solo debes triturar la porrusalda e incorporar si lo deseas un poquito de nata. Conseguirás así una textura diferente, más jugosa a la par que otra opción que incorporar a tu recetario particular.